Mambo, fue el primero de los gatos que apareció en casa.
Cuando llego no era más que un lindo gatito, que jugaba con un ovillo de lana y
te seguía más o menos a todas partes. Para dormir mi suegra le preparó un
acogedor cesto donde pasaba horas, horas y horas. Carmen trajo a Mambo en el
verano de 2012, su compañero de trabajo Lele se lo dió. En un primer momento
Mambo era un regalo para el más pequeño de la casa, mi sobrino Marco.
Mambo fue creciendo y entre ese crecimiento, Carmen se
quedaba embarazada del pequeño Eloy. Las alarmas se encendieron por que
convivir con gatos y estados embarazosos no son buenos. Una enfermedad la
toxoplasmosis puedes alcanzar a la futura mama y afectar al pequeño.
La toxoplasmosis es
una enfermedad
infecciosa ocasionada por el protozoo y puede causar infecciones leves y
asintomáticas, así como infecciones mortales que afectan mayormente al feto. Se considera como
una zoonosis,
lo cual significa que, de modo habitual, se transmite desde los animales a los
seres humanos a través de diferentes vías de contagio, siendo los hospedadores definitivos el gato y otras seis especies de felinos. Bien
pero frente a todo esto tenemos algunas medidas preventivas como no estar en
contacto sobre todo con las heces de estos animales o si se manipulan hacerlo
con barreras como guantes de látex u otras protecciones desechables.
Por si fuera poco un gato en casa. Durante el invierno
apareció Blanca. Una linda gatita algo más joven que Mambo y que fue adoptada
en casa sin muchos problemas. En un primer momento, Blanca no acepto la
curiosidad de Mambo por ella, pero al final se hicieron uña y carne, para
comer, sestear, campear, dormir o incluso beber agua del bidé (Si del bidé,
manías de gatos…)
En mayo de 2013 nació Eloy. Tras venir del hospital no
sabíamos cómo iban a reaccionar nuestros gatos antes la llegada del
pequeño. Blanca siguió a su flor, pero
Mambo entró en un estado de depresión-enfado. Desaparecía y no respondía a las
llamadas que le hacíamos incluso dejó de dormir en la cama. Aun dentro de la
independencia de Blanca, ha sido la que más ha interaccionado de los dos con el
pequeño Eloy.
Los gatos disponen de esa uñas retractiles, que
evidentemente nos preocupaban con respecto a Eloy, pero la experiencia con
estos dos animales nos ha demostrado que si se trata de un acercamiento del
pequeño a ellos, estos son capaces de distinguir las intenciones del mismo. De
este modo, las uñas no se utilizan, se guardan y ni tan siquiera hay
desplazamiento del animal a no ser que se invada o se “moleste” su intimidad.
Cierto es que Mambo y Blanca no son dos gatos callejeros,
son dos gatos criados en pueblo con libertad de dispersión y acariciados y
queridos con mimo. Esto puede desencadenar comportamientos favorables para
poder estar con niños/as.
En alguna ocasiones nos hemos preguntado sobre todo en el
invierno: ¿Dónde están Mambo y Blanca? Después de llamarlos y no aparecer hemos
decidido ir a buscarlos a la cuna de Eloy y efectivamente allí estaban. No solo
han compartido cuna con Eloy sino que incluso se han apoderado de ella sin el
más mínimo problema.
Blanca desapareció tras finalizar el verano de 2014, salió
de casa un domingo y no volvió. Mambo sigue con nosotros con lustroso pelaje y
elegante.
Nuestro pequeño Eloy juega con Mambo como si fuera un amigo
más: Al llegar a casa Mambo sale a recibirlo y Eloy se tira literalmente encima
de él para darle un abrazo. Por las tardes tras las siestas el juego consiste
en jugar al escondite de una habitación a otra, Mambo se esconde y Eloy lo
busca.
Casi tres años desde que los gatos aparecieron en la familia y estamos encantados de poder compartir nuestras vidas con ellos. Independientes pero muy cariñosos, sobre todo a la hora de comer o dormir. Y sobre todo, estamos muy contentos por como Eloy se toma el contacto con los animales y como los ve al convivir diariamente con el gran Mambo.
Os dejo algunas fotos que ilustran parte de esta entrada.
Saludos.
Mambo aprovechando la cuna de Eloy para su descanso
Como casi todo los asientos, cunas, etc de los bebes son bastante cómodos, Blanca aprovechó cada uno de ellos para sestear.
La parejita Mambo y Blanca
A pesar de la cercanía en ningún momento blanca se inmuto frente a los gestos de Eloy. Se entendían bastante bien.
La primera parte de "sociabilización animal" se realiza en casa con los gatos y esta experiencia sirve para poder acceder a tocar otros animales sin el mayor de los problemas por parte del niño.
Eloy y Mambo durmiendo juntos en la cama
La galga se escondió y Eloy la buscó y la tocó. Foto del primer encuentro de dos amigos que acababan de conocerse. Foto realizada por Rebeca Sanchéz.
Aquí Eloy y Hugo en el Zoológico de Córdoba. Eloy reconoció al tigre como un gato y lo llamaba como le hemos enseñado a llamar a Mambo frotando el dedo indice y el pulgar. Lo curioso fue como reculó cuando el "pequeño gatito" llegó a su altura, pero en ningún momento hubo sensación de pánico o miedo.
La aparición de animales allí donde vamos supone una agradable distracción para Eloy que ya tiene bien claro que quiere verlos, tocarlos y darles de comer.
Amigo Iván, te dejo mis experiencias gatunas narradas en un blog ya hace años extinto:
ResponderEliminarhttp://trapo.zonalibre.org/archives/074423.html
Un saludo