martes, 3 de septiembre de 2013

Un Audi, osos, buitres y dos buenos amigos.

19 de Agosto de 2013:

Cuatro de la mañana del 19 de agosto. Suena el despertador y he quedado con el amigo Fernando Ruiz Cubero para a las cinco de la mañana salir hacia Caunedo en el Parque Natural de Somiedo en Asturias.
Primera parada técnica para desayunar en El Vacar y tironazo hasta casi Benavente. En el camino nos deleitamos con las planeadoras que vamos viendo, busardos ratoneros, calzadas, milanos negros, milanos reales y alguna que otra culebrera europea.

13: 30 y ya hemos llegado al Puerto de Somiedo. Intuimos desde uno de los miradores las zonas en las que podrían verse Osos pardos, que es el principal de nuestros objetivos en este viaje.

Nuestro destino y quedada está en Caunedo, donde Fernando de “Aranjuez” como yo le digo, nos recomendó que nos instaláramos. Estamos en los alojamientos Casa Aldea, gestionados por Nacho y Vanesa, buenos anfitriones y comprometidos con su negocio. Nacho nos da las primeras pistas para poder ver osos o al menos intentarlo. Nombres como Llamardal o La Peral ya van sonando una y otra vez en nuestras cabezas.

Comemos y decidimos antes de subir a la primera de las esperas, ir a la Pola de Somiedo. La idea es visitar el Centro de Visitantes del Parque Natural y ver también el centro de la Fundación Oso Pardo.  Ambos centro nos dan mucha información sobre lo que poder visitar y conocer un poco más la biología, ecología y etología del mamífero carnívoro terrestre más grande de la Península Ibérica.

La tarde empieza a caer en el valle de Somiedo. A las 5:00 en Córdoba hemos salido a unos 26º y aquí tenemos a las 18:00 casi 15º. La niebla empieza a entrar por el puerto y el cielo se empieza a encapotar. Subimos a La Peral, al Mirador del Principe para intentar observar algún oso. Es un mirador curioso y con una cuenca visual de 360º. Estamos acostumbrados a los miradores y las esperas en Andujar o la Sierra de la Culebra a linces y lobos, esto nos ayuda en saber cómo mirar y como hacer ese primer mapa mental de piedras, canchales, arboles, caminos, etc.


La niebla y el frio se cuelan en nuestro primer día en Somiedo Abandonamos la zona sin poder avistar osos.

                
La niebla en la zona de La Peral, sube el puerto y los brezos captan la condensación de las gotas de agua. 

20 de agosto de 2013:

6:00 suena el reloj. Hemos quedado con Fernando de “Aranjuez” en La Peral a ver si por la mañana tenemos más suerte. La mañana pasa y disfrutamos de rebecos, abejeros europeos, ratoneros, cernícalos comunes y cornejas, pero de nuestro objetivo peludo ni rastro.



               Amanecer en nuestra espera al oso. El verdor se conserva durante todo el año en Asturias. 



            Un rebeco es sorprendido a primeras horas del día. Equilibrista de las cumbres de Somiedo. 

En Somiedo he estado con amigos habituales que realizan esperas en Andujar al lince ibérico, como Juanelo, Natalia y Gerardo. Esto nos hace, después de la espera de la mañana, bajar a la Pola y tomar algo con Juanelo, que nos da algunas indicaciones para disfrutar de otras zonas del Parque para por la tarde volver a la zona de esperas.



                         Un adulto de lavandera blanca alimenta a su pollo en los tejados de La Peral. 

Decidimos llegar al Lago Glaciar de la Cueva. La llegada y el recorrido son espectaculares y desde arriba se puede contemplar perfectamente que fue lo que el antiguo glaciar talló con el paso del tiempo.
Vemos ganadería asturiana. Vacas de color arena-canelas muy bonitas, en las zonas de pastos, donde los “teitos” son muy habituales. Una vez más y en otro viaje más me acuerdo del amigo Rafa Pulido y sus chozas andaluzas. El “teito” es una choza asturiana, compuesta por pared de piedra y cubierta vegetal del brezo y retama. Un paisano nos informa que la retama hay que recogerla cuando está dura y este año en concreto para la luna menguante, para el 28 de agosto.




Un "teito" con estercolero en la puerta. Somiedo ha declarado estas construcciones como patrimonio etnográfico a conservar.





Al fondo montaña del "Moro" con la que bautice mi estancia en la zona de Somiedo y en primer plano un "teito" reconstruido como vivienda. 




       Un paisano arregla con retamas la cubierta exterior de un "teito" el interior dispone de brezo. 
                                           
                                          

Traviesas en el porche de una de las casas de La Peral. No pude ver ningún "teito" por dentro, pero creo que puede responder el sostén del tejado a algo muy parecido a esta fotografía. 

A estas altitudes los escribanos cerillos, los acentores comunes y alpinos son habituales. En un relampagazo creo que hemos visto un treparriscos. Algunos cuervos y rebecos son especies que disfrutamos en la zona del Lago de la Cueva.

                    

Valle dejado por un glacial hace millones de años. Canchales de piedra con "escuernacabras" que en verano gustan tanto a los osos pardos. 

                  
Lago de la Cueva, espectacular lugar para las observaciones de treparriscos, acentores y escribanos.


 


Fósiles localizados en las paredes verticales de la zona del Lago de la Cueva. 

Desde aquí nos vamos en busca de la vecina comarca de Teverga. Tenemos especial interés en visitar el Parque de la Prehistoria y lo hacemos disfrutando de carreteras de montaña entre desfiladeros calizos.
La entrada al Parque supone 5,90 euros por cabeza. Los pagamos a gusto. Una visita guiada de unos 40 minutos, nos enseñan las replicas de los murales trabajados hace millones de años en cuevas como la de Tito Bustillo o Nuiz en Francia. Después pasamos a la instalación de la Galería, donde hay reproducciones y piezas originales relacionadas con la prehistoria europea.




Replica en el Parque de la Prehistoria de Teverga de la cueva de Altamira y sus famosos bisontes. 

Salimos sobre las 18:30 de Teverga y cuando cojo cobertura en el móvil, Juanelo me ha enviado un SMS que dice: Oso en Llamardal. Vamos en un Audi, pero no vuela. Como no tenemos prisa, vamos disfrutando del camino buscando Llamardal. Llegamos al aparcamiento y ya tenemos algunos compañeros observadores allí. Coloco mi telescopio y empiezo a escudriñar un enorme canchal. ¡Lo tengo! Un joven oso baja el canchal y va de árbol en árbol comiendo. Observación corta, pero objetivo cubierto.
Bajamos a Caunedo y nos detenemos en la Casona de Lolo, lugar de reunión de los vecinos de este pequeño pueblo y donde hemos quedado con Fernando de “Aranjuez” y su sobrino Gerardo.

21 de agosto de 2013:

De nuevo 6:00, suena la alarma del móvil. Directamente a La Peral. Allí Gerardo nada más llegar a las 7:25 detecta un oso de unos dos años en un canchal. Come “escuernacabras”. Se mete tras uno de ellos y casi no lo vemos. Al poco tiempo en la zona aparece un zorro con su escolta de urracas que van marcando cada uno de sus pasos. El osezno muy asustadizo, pone pies en polvorosa y se las pira del lugar.




El Valle de Somiedo. Carretera abajo Caunedo. El sol entra en el valle durante poco tiempo. Durante el invierno lo hace tan solo una hora al día. 




Algunas mañanas de esperas han sido entretenidas entre abejeros europeos, rebecos, ratoneros y lagartijas verdes como la de la fotografía. 

La espera de mañana termina y decidimos ir a visitar la zona de Cangas de Narcea. Bajamos a Villablino y en el camino vemos alguna de las empresas dedicadas al carbón asturiano. Nos tropezamos con el Centro de Visitantes del Urugallo y decidimos visitarlo. Es un centro con mucha información, bien documentado. Preguntamos por las posibilidades de ver urugallos y nos indican que el intento de avistamiento está prohibido y sancionado.



Replica de una pareja de urugallos en el Centro de Visitantes del Urugallo. Merece la pena parar y visitar este edificio singular y dedicado a esta amenazada especie. 

Continuamos buscando Gedrez que es donde vamos a comer. Disfrutamos de unos enormes hayedos verdes y pensamos en lo impresionante que tiene que ser ver ese paisaje en el otoño cuando la paleta de colores verdes dará lugar a colores ocres y marrones. Estamos cerca de Peña Blanca un buen lugar para el avistamiento de osos en épocas invernales.

                     


Hayedo de Gedrez, espectacular tiene que ser contemplar este mismo paisaje en épocas otoñales.  

                        


Bajo el hayedo, el agua fluye por todos lados. Encontramos en esta zona excrementos de mustelidos, que bien podrían ser del introducido visón americano. 

Comemos y seguimos hacia Cangas de Narcea. Localizamos la oficina de turismo, donde agradablemente charlamos de los 32º de temperatura que hay hoy en la zona y nos facilitan que recorrido realizar en el casco urbano. Cangas de Narcea es pintoresca, mezclando un urbanismo modernista dado por su puente colgante y sus antiguos barrios y puentes sobre el río.




Cangas de Narcea, interesante núcleo urbano entre enormes bosques. 

                    

El Narcea riega el casco urbano de Cangas y es aprovechado por los vecinos como zona de baño. 

La salida y la vuelta la realizamos por Laitariegos. Un puerto de montaña que nos deleita con las vistas que propicia.



Un busardo ratonero nos sorprende con un picado increíble mientras ascendemos el puerto de Laitariegos. 

De nuevo La Peral. Espera de tarde pero que no da sus frutos.

22 de agosto de 2013:

Una vez más a las 6:00 estamos levantados. Todo recogido, pues hoy abandonamos Somiedo. Pero antes queremos realizar una última espera  con Fernando de “Aranjuez” y Gerardo.




Mirador del Principe, fotografiado desde Llamardal. Uno de los mejores lugares de verano para poder intentar ver osos pardos. 

En cuanto llegamos mi amigo Fernando Ruiz localiza un oso. Lo localizamos junto a unos catalanes y a un grupo de extranjeros. Disfrutamos del oso unas dos horas y media.





Luna llena antes de esconderse por el oeste de Somiedo. Nos iluminó el avistamiento de nuestro oso pardo la mañana del 22 de agosto. 

Después de la espera y de las despedidas, desayunamos en Piedrafita de Babia y llamamos al amigo Juan Matute que nos espera en Cantalejo. Tenemos la idea de ver las Hoces del Duratón.
El traslado es cómodo y prácticamente por autovía. En el recorrido Fernando y yo vamos comentando los avistamientos de los osos, los paisajes asturianos, etc.

Comemos y Juan nos lleva como guía experto a las Hoces del Duratón. Ha trabajo durante cuatro años aquí y conoce cada palmo de este Parque Natural. Nos dice el número de visitas que soporta el Parque de apenas 6.000 hectáreas y nos quedamos atónitos: 250.000 visitas/año. Madrid está a escasamente una hora, por lo que el destino de los visitantes mayoritariamente es de la capital de España.

Primera parada en el Kiosco junto al Puente de Villaseca. En el mismo bar, reyezuelo listado, pinzón común, mirlos, trepadores azules, mosquiteros y los buitres del cortado más cercano son observados tomando un refrigerio.

Matute nos lleva hacia la ermita de San Frutos y en el camino un adulto de alimoche aparece. Nueve parejas en toda las Hoces del Duratón de alimoches se mezclan con las 650 de buitres leonados.



Alimoche en vuelo sobre las Hoces del Duratón. 

Antes de llegar a las Hoces, el paisaje de páramos castellanos que nos enseñan, nos dan una idea de lo inhóspito que puede llegar a ser esta zona en el frio invierno. Las “tenadas” se alternan con refugios individuales de pastores realizados en piedra y evitando a toda costa el norte.



Páramo castellano, en la zona de las Hoces del Duratón. 


Uno de los refugios de pastores individuales repartidos por el páramo. 


Collalba rubia macho sobre piedras, refugio de mochuelos y algunos pequeños carnívoros. 


Collalba gris, desafiando el viento de la caída de la tarde. 

Juan nos dice que es una de las mejores zonas para ver la alondra de dupont a primera hora del día.
Llegamos al paraje de las Hoces del Duratón y nos dirigimos hacia la ermita de San Frutos. Juan nos cuenta historias y leyendas. Disfrutamos de los vuelos cercanos de los buitres leonados. La luz es dura pero intentamos hacer algunas fotos. Disfrutamos también de alcaudones comunes y reales, collalbas grises y rubia, así como de cogujadas montesinas.




Ermita de San Frutos en un espectacular paisaje karstico. 

                           
Hoces del Duratón. 

                           

Actividades como el kayak son posibles realizarlas en las Hoces del Duraton. Experiencia increible con el vuelo de buitres leonados y alimoches sobre nuestras cabezas. 

Regresamos y cenamos en el Kiosco del Puente de Villaseca para terminar después en un garito en Cantalejo con el amigo Félix.




Contraluz de collalba gris. 

23 de agosto de 2013:

6:30 de la mañana. Matute nos lleva a una sesión en hide en zona forestal. Está bien preparado, con aguadero y comedero. Nos indica que entran varias especies, pero lo que no nos dice es la cantidad de ellas. Empieza la sesión y podemos fotografiar desde el mismo hide: mirlo, rabilargo, pinzón común, mosquitero musical, mosquitero común, carbonero común, carbonero garrapino, herrerillo común, herrerillo capuchino, picogordo, curruca zarcera y papamoscas cerrojillo.  El madrugón ha merecido la pena. 


Petirrojo adulto que entró en el bebedero sin ningún problema. 


Carbonero garrapinos, pajarillo de "ida y vuelta" no para ni un momento quieto. 


Joven de herrerillo común que también entraba con facilidad en el bebedero. 


Papamoscas cerrojillo un habitual de estos pinares castellanos. 


Mosquitero común sobre una ramita de roble. 


Llevaba una hora y media de sesión cuando apareció el "enorme" picogordo, que al lado de herrerillos y carboneros dejó notar su tamaño. 


En la ciudad el mirlo es una especie muy común y poco esquiva. En campo abierto la historia cambia. Le costó entrar, pero al final entró al bebedero. 


Ágil y elegante el herrerillo capuchino. 


Pinzón común, habitante habitual en esta zona castellana de pinares resineros. 


Capuchino: "Ola ke ase"; Papamoscas: "Pos na aquí viendo a los tres pánfilos del hide..."

En la salida del pinar en el que estamos vemos como se extrae la resina de los pinos resineros de la zona.
Desayunamos con aceite de Martos y vamos a ayudar a Matute y su empresa VULTOUR a mover el hide que disponen para fotografiar carroñeras. Terminamos la mañana y disfrutamos de unas tapas en los bares de Cantalejo, para emprender el descenso al sur.




Buitre leonado, 650 parejas de esta especie se dan cita en las Hoces del Duratón. 

Cinco días de viaje, entre Somiedo y Cantalejo. Gracias a todos con los que hemos tropezado y disfrutado a lo largo de estas horas, ha sido un verdadero placer.




Cae la tarde, el viaje llega a su fin y esperamos el siguiente destino desconocido.


Por último comentaros una cosilla. Hay una peli, de esas de tiros que me gustan y en la que Mel Gilbson es el protagonista y  mientras este presenta a su unidad de Rangers americanos un helicóptero para entrar en la lucha de guerrillas en el Vietnam dice : "Cabalgaremos hacia la batalla...y ese será nuestro caballo..." Pues fuimos a Somiedo y a Cantalejo y este fue nuestro "caballo".

Saludos, Ivan. 

2 comentarios:

  1. Menudo viajecito, Iván!!!... y carrito, jejeje...

    Un abrazo!!!

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  2. Hola, Iván, pues enhorabuena por tus avistamientos.
    Yo también he estado casi en las mismas fechas que tú por ahí arriba unos días, aunque en plan senderismo y así es más difícil lo de las observaciones. Aún así, tuvimos suerte y pudimos ver un ejemplar subadulto de oso (tenía alrededor del cuello un collar rubio muy marcado)en la zona de Degaña, antes de llegar a Gedrez.
    Un saludo.
    Antonio Córdoba

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