domingo, 27 de noviembre de 2011

Etnomicología de un tal Roger Wasson

De nuevo, me topo con el mundo de los hongos y esta vez con una disciplina muy interesante para aquellos que somos o queremos llegar a ser Interpretes del Patrimonio. En una nueva entrada, más adelante, intentaré exponeros algunas claves de que es un Intérprete y a que se dedica.



Bien, como decía antes, esa disciplina útil para revelar el sentido de muchos de los procesos naturales con los que nos encontramos en nuestras múltiples salidas al campo, es la Etnomicología. Un banquero americano Roger Wasson se encargó de ponerle nombre a esta ciencia, con el objetivo de estudiar y comprender los usos tradicionales de los hongos por el hombre. Roger expuso la teoría de que existen culturas y pueblos que tienen una clara afinidad por los hongos, mientras que otros no disponen de esa afectividad. Es por ello que acuño los términos Micófilos y Micófagos. Esta identidad, se debe fundamentalmente a características culturales y no a relaciones ambientales del medio. Por ejemplo en España hay comarcas muy micófilas como Cataluña o el Pais Vasco, mientras que Galicia y Asturias son más micófobas.



El uso tradicional de los hongos se remonta hasta la edad de piedra, donde se tiene constancia de la importancia de estos por los registros encontrados en el Desierto del Sahara. Los Griegos y los Romanos ya veneraban a estos "seres" y se incluían en la dieta en forma de pan, cerveza o vino. Es curioso pero incluso estas bebidas fermentadas eran más apreciadas que la propia agua, pues esta podía venir contaminada, mientras que una bebida fermentaba actuaba como germicida y tan solo generaba ciertos mareos frente a vómitos y diarreas de agua en malas condiciones.



En el caso de los Romanos, algunos aprendieron rápido a utilizar los hongos y si pudiéramos le preguntaríamos a Agripina, que pillo por banda una cesta de Amanita phaloides para dársela al emperador Claudio, para que su hijo Nerón subiera al trono.



Los hongos están más presentes en nuestra vida de lo que nos creemos, aunque solo nos acordemos de ellos en otoño, invierno y primavera. Recuerdo, casi exclusivamente en forma de plato de setas revueltas, con ajetes, con tomate o con alguna exquisita carne. La Etnomicología va un poco más allá y trabaja aspectos como la utilidad científica, industrial o la medicina. El saber popular también tiene cabida y se describen dichos y frases como por ejemplo:



-“Si una seta tiene insectos que se la comen no son setas malas para poder comerlas”



-“Si las setas se cuecen con una cuchara de plata y se pone negra, la seta es buena para la mesa”



Retomo el tema interpretativo, pues como apunto, la Etnomicología ayuda a contar historias de campo, tradiciones, cosas curiosas, interesantes y que despierten en aquellas personas que nos escuchan el poder de conservar nuestro rico y variado Patrimonio Natural.







Registro del Desierto del Sahara de la Edad de Piedra. Humanoides con forma de seta.






Portada del Libro de Los Mitos Griegos donde se aprecia que las dos figuras sostienen algunas setas.









Figura antropomorfa: Seta-Hombre de Guatemala, que según algunas teorías se colocaban en los margenes de los cultivos para invocar a los dioses y atraer a la lluvia.



Saludos, Ivan



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