Durante
la Semana Santa de 2019, nos fuimos cuatro días a Marruecos. Nuestra idea
fundamental era desconectar un poco y disfrutar del país vecino, de sus gentes,
de su naturaleza y lo espectacular de sus paisajes.
Puesto
que nuestra salida se realiza en barco desde el puerto de Tarifa, decidimos
irnos el día de antes y pernoctar en Tarifa en una pensión sencilla y cerca de
la Estación Marítima.
Una vez
en Tarifa decidimos acercarnos a la Playa de los Lances a dar una vuelta de
pajareo. El día ha estado lluvioso, con poco viento, pero algo desapacible y
podemos ver algunas especies como correlimos
tridáctilo, andarríos chico,
tarabilla común, gaviotas y el
paso de algunas garcillas bueyeras
de camino a su dormidero.
Buscamos
aparcamiento para el vehículo evitando los parkings privados o municipales y
dejando finalmente el coche en una zona libre pero segura en la vía principal
de Tarifa.
Cenamos
y a la cama.
Primer día: jueves 18 de abril.
Bien
temprano nos subimos al barco de la compañía FRS que sale con 40 minutos de
retraso. El día empieza encapotado y con alguna lluvia, pero aún así decidimos
salir a la cubierta trasera del barco para poder intentar ver algunas aves
marinas. Podemos contemplar pardela
cenicienta y págalo grande, además de algunos alcatraces y vencejos comunes que se la juegan en medio del
Estrecho para llegar en su migración estival a Europa.
Llegamos
a Tánger y desde allí, nos aborda un paisano marroquí que nos invita a buscar
Taxi para Chauen. Está claro que tenemos cara de turistas. En la salida del
barco y tras pasar los controles del país, realizamos el cambio de dinero de
Euros a DH. La cuenta es sencilla y más o menos se mantiene con una relación de
10 DH = 1 Euro.
Localizamos
los taxis oficiales del país que identificamos con colores claro. Un “jefe” nos
pregunta dónde, nosotros preguntamos cuánto. Por la búsqueda de información que
habíamos realizado sabíamos que el precio del traslado de cuatro personas de Tánger
a Chauen rondaba los 60-70 euros, con lo cual la negociación era escasa dado
que nos dijeron 700 DH.
La
opción de desplazamiento en Marruecos está a criterio de la visita que
realices. En nuestro caso no teníamos ganas de lidiar con la conducción que se
realiza en el país: las líneas continuas no existen, los stops tampoco, los
ceda el paso, son una aventura de ver quien llega primero, en las rotondas no
se espera...Por nuestra parte en tomar taxis en los cuatro días nos salió por:
-Tánger-Chauen:
Unas dos horas de camino con sus paradasà 700 DH.
-Chauen-Akchour
(Parque Nacional de Talassemtane): Unos 40 minutos de caminoà
250 DH. (Ida y vuelta).
-Chauen-
Parque Natural de Jbel Moussa: Unas 3 horas de caminoà 700 DH.
-Jbel
Moussa-Tanger: Unos 40 minutos de caminoà250 DH.
Después
de tomar nuestro taxi, salimos en dirección a Tetuán y realizamos una primera
parada en Barrage Arjass un embalse en que podemos observar alguna aves
acuáticas como ánade friso, ánade
silbón, cigüeñuelas y algunos somormujos lavancos. Continuamos y llegamos a
Tetuán por la que pasamos realizando una circunvalación rápida en busca de la
carretera que nos conduce a Chauen. Podemos ver el enorme vertedero de la
ciudad de Tetuán y en él se agolpan milanos
negros y miles de gaviotas. También desde el coche nos sobrevuelan algunos moritos de las zonas encharcadas
limítrofes a Tetuán. Paramos en el Restaurante Nekhla donde nuestro taxista,
Chauni, nos muestra la espectacular terraza que dispone de vistas al Barrage Ennakhla. Tomamos nuestro
primer te y zumo de naranja con los primeros dulces marroquíes. Desde la
terraza observamos águila perdicera,
mochuelo común, bulbul naranjero, verdecillos, gorrión común, alcaudón común, curruca
capirotada, cabecinegra y pinzón africano.
La
llegada a Chauen nos espera con lluvia. No nos desanima, ya estamos allí, así
pues disfrutemos tal y como vengan las siguientes horas. Al llegar pedimos a
nuestro taxista si no le importa llamar al alojamiento que tenemos reservado en
la Medina. Acepta sin contemplaciones y nos facilita nuestro encuentro con la
persona de contacto del apartamento.
Recorremos
parte de la Medina hasta llegar a nuestro alojamiento, todo parece igual y
pintado del mismo color añil que caracteriza a este pueblo. Nos cuesta
quedarnos con la copla del recorrido en este primer momento, pero la Medina
tiene ese encanto de no saber si has pasado antes por ese lugar. Con el paso
del tiempo, memorizamos el recorrido y no hay problemas para encontrar las
referencias que tenemos. Dejamos las mochilas, tomamos los prismáticos y
salimos en dirección a la plaza principal del pueblo, donde se encuentra la Kasbah
y la Grand Mosquee. Esta plaza es el centro neurálgico de la Medina y
la tomamos de referencia en nuestros recorridos.
Después de esta primera toma
de contacto nos dirigimos a la zona del río Ras Elma. Se trata de un
río con aguas cristalinas en la que hay algunos bares y restaurantes que te
hacen disfrutar del rumor del agua. Desde
esta zona parte un sendero que nos dirige a uno de los más espectaculares
miradores de la ciudad de Chauen: la Mosquee Bouzaafar, desde la que
la puesta de sol es increíble. Los turistas y los residentes acuden a este
lugar para disfrutar de la caída del sol, será una visita obligada si decides
ir en algún momento a esta zona. Desde aquí observamos escribano soteño, bulbul naranjero, tarabilla común, jilguero, cernícalo
vulgar, cuervo, roquero solitario, buitre leonado y curruca cabecinegra.
Tras la
puesta de sol, nos vamos a cenar al Restaurante Clock, donde desde su
terraza se contempla la ciudad de Chauen de una manera muy espectacular.
Antes
de ir a nuestro alojamiento, paseamos de nuevo por la plaza central de Chauen y
palpamos el ambiente de cafetines, puestos de comida y venta de lámparas.
Segundo día: viernes 19 de abril.
Nos
levantamos con la idea de buscar un buen lugar para desayunar. En la plaza del
pueblo hay gran cantidad de lugares para poder hacerlo por unos 25-30 DH por
persona. Los desayunos son completos, con huevos, tostadas, mermeladas,
mantequilla, queso, café, té, zumo de naranja, aceitunas e incluso sopa de
habas.
Salimos
de la Medina para buscar la parte más alta de la ciudad y dirigirnos a un
mirador que detectamos el día anterior con los prismáticos. Hay que tomar el
camino Route de Tisemlale, que parte de las cercanías del camping. Sobre la
muralla, localizamos y podemos disfrutar a placer de una pareja de collalbas negras. En el cielo el
Ratonero moro nos deleita con su planeo sobre la Medina. El sendero hacia el
mirador es sencillo, presenta cierta pendiente, pero mirando las piedras y
fotografiando algunas plantas se hace muy llevadero. Una gran concentración de cuervos nos acompaña durante todo el
recorrido y vemos sus vuelos acrobáticos de fidelización de pareja: ofertas de
ramitas y cortezas de pinos que sueltan en el aire y vuelven a recoger antes de
caer al suelo. Un enorme mirador nos
permite mirar hacia Chauen y contemplarla desde el norte. La bajada nos depara
la sorpresa de un halcón peregrino que
es hostigado por varios cuervos. Águilas calzadas y Culebreras europeas también
nos acompañan, e incluso en el pinar que tenemos que atravesar el agateador común, mirlo y pinzón africano
están presentes.
Finalizada
nuestra ruta mañanera, nos trasladamos a
Casa La Palma, un alojamiento
gestionado por Rafiq del que tenemos muy buenas referencias. Saludamos a Rafiq
y este nos invita a tomar té en la terraza del alojamiento que gestiona. Una
vez más la vista es espectacular: terrazas, casitas, verde de la vegetación,
piedra de la montaña y la luz del sol entrando entre las nubes que esa misma
mañana amenazaban lluvia. Tras nuestro pausado té, nos despedimos y quedamos
para tomar el desayuno en este alojamiento al día siguiente.
Bajamos
hacía la parada de taxis, queremos trasladarnos a la zona de Akchour, ya que
desde el alojamiento Caiat Lounge Refuge parten algunos
senderos interesantes. Realizamos un recorrido tranquilo circular entre piedras
y una vegetación compuesta por lentiscos y enebros. Hay flujo migratorio de águilas calzadas y culebreras, además
de algún que otro milano negro. Una collalba rubia y su pareja se dejan ver
y las disfrutamos. Localizamos algunos roqueros
solitarios y un alcaudón real algeriensis. La guinda del pastel la pone un
imponente arcoíris.
En
nuestro regreso a Chauen, realizamos una parada panorámica sobre el Río
Laou. Existe una presa y entre los juncos vemos una pareja de espátulas comunes, algunas fochas comunes y
garza real. Lástima que para este viaje no trajimos telescopio, pues es una
zona de observación con cultivos encharcados que hubieran engordado nuestra
lista de aves de este viaje.
Pasamos
por nuestro alojamiento para dejar las mochilas y salimos a cenar a un
magnífico restaurante: Lala Mesouda.
La comida marroquí es algo espectacular, en calidad y cantidad de lo que te
ponen en el plato. Difiere bastante de la nuestra, pero el cordero, el pollo y
las verduras acompañadas de cuscús no te dejarán indiferente. Nosotros
disfrutamos mucho de platos como el tallín de cordero, la pástela de pollo, el
tallín de verduras y la sopa de verduras. Comer o cenar en Marruecos puede
rondar los 180-190 DH para cuatro personas, es decir unos 20 euros.
Finalizamos
el día con un nuevo paseo nocturno por la plaza principal de la ciudad de
Chauen.
Tercer día: sábado 20 de abril.
Hemos quedado
en Casa
La Palma para desayunar con Rafiq en su magnífica terraza. El desayuno
nos resulta enormemente satisfactorio: aceitunas, pan de trigo y pan dulce, huevos
cocidos, mermelada, miel, crepes, té, zumo de naranja, café con leche… En un
primer momento la idea era alojarnos en este lugar, pero las reservas estaban
cubiertas y no pudimos hacerlo, con lo que nos conformamos con el té del día
anterior y el desayuno de este día. Aprovechamos para que Rafiq, nos deje ver
alguna de las habitaciones y vemos la calidad y el buen estado de este acogedor
hostal.
Vuelta
para recorrer la Medina en busca de un taxi que nos conduzca a la zona del Parque Nacional de Talassemtane.
Nuestro objetivo es realizar una ruta de unas cuatro horas y media entre la ida
y la vuelta hasta la gran cascada.
Negociamos
el taxi que nos conduce a Talassemtane. Como
lo compartimos con otra pareja de marroquíes, nos sale más económico y por unos
10 euros nos trasladan a los cuatro.
Tras
unos 40 minutos empezamos nuestra caminata desde las cercanías del restaurante Café Rif Ilyas Fouad. Aquí
encontramos un puente que cruza el río y tenemos que decidir si ir hacía la
zona del puente de Dios o hacía la Gran Cascada. Nosotros decidimos ir hacía la
cascada. El recorrido está bien señalizado, por el paso de la gente y a lo
largo del mismo hay pequeños cafés muy provisionales pero que surten de todo lo
que necesitas: agua, zumos, refrescos, té, etc. Con esta información no debes
preocuparte por tu comida o si tendrás que llevar agua.
La ruta
es divertida, pues hay que cruzar el río en varias ocasiones y con algunas
escalas muy precarias que sacarán una sonrisa a más de uno/a. Subes, bajas,
vuelves a subir, llaneas hasta que llegas finalmente a la Gran Cascada.
Contemplamos el enorme salto de agua que tenemos delante y disfrutamos de un té
moruno bien acomodados.
Las
observaciones de aves en esta ruta fueron escasas, pero si los barrancos de
esta zona dieron paso a los cantos de currucas
cabecinegras, chochines, ruiseñores bastardos, herrerillos y pinzones africanos.
También es un recorrido para la observación de gran variedad de mariposas. Destacar la presencia y el
avistamiento de un clan familiar de macacos
adultos acompañados por los cachorros, pasando de un árbol a otro y viendo la
agilidad con la que escalan las escarpadas rocas.
Nuestro
regreso se hace de manera rápida y con pocas paradas.
Tomamos el taxi y nos
dirigimos a Chauen. Pasamos por nuestro alojamiento, tomamos una merecida ducha
y nos dirigimos al restaurante de la noche anterior: Lala Mesouda.
Nuestro
rutinario paseo por las calles nocturnas y plaza de Chauen, dan paso a nuestro
descanso, pues al día siguiente tenemos previsto madrugar e ir regresando a
Tanger.
Cuarto día: domingo 21 de abril.
Durante
la noche anterior decidimos que iremos a visitar al amigo Rachif, pajarero muy
conocido en la zona del Estrecho por su implicación y seguimiento de la
migración. Actualmente Rachif gestiona un lodge en Jbel Moussa y que estamos
interesados en visitar para poder preparar un viaje con el Grupo Local de
SEO-Córdoba. En Chauen tomamos un taxi y nos traslada al Jbel Moussa realizando
el recorrido por la costa donde podemos ver municipios como El Rincón, El
Castillejo y Ceuta.
Rachif
nos espera, pues una vez más la amabilidad del taxista hace que contacte con él
unos minutos antes de nuestra llegada.
Tras
nuestro saludo, Rachif nos conduce a una de las terrazas del lodge que gestiona
y la panorámica es impresionante: la montaña y el Estrecho dan lugar a una
formidable postal. Nos explica nuestro amigo, cómo disfruta de aquel lugar, de
la biodiversidad y de lo afortunado que se siente en esa zona de su país. Desde
la misma terraza avistamos algunas culebreras,
cernícalos comunes y gavilán.
Rachif
nos propone un plan inesperado para nosotros: Nos comenta que con su asociación
de conservación les ha llegado la comunicación de que un águila perdicera marcada con GPS hace dos años ha dejado de emitir
en esta zona del Parque Natural de Jbel Moussa. Rachif, nos invita a
acompañarlo y rastrear la zona en busca de indicios que puedan arrojar luz a lo
que ha podido pasar. Evidentemente no podemos negarnos y nos montamos en su 4x4
para aproximarnos a la zona donde “pitó” la última vez el GPS de la perdicera.
En el camino un enorme lagarto ocelado
cruza el camino. Vemos grajillas y chovas piquirrojas. También Rachif nos
explica la importancia que está teniendo la migración de buitres leonados desde la Península Ibérica a Marruecos.
El
recorrido que realizamos es en subida, localizamos desde lejos el lugar de la
última señal del GPS y mirando con los prismáticos vemos algo que no deseamos
ver: aparentemente vemos las primarias de una gran águila, no podemos confirmarlo
por la distancia de observación, así pues seguimos subiendo. Recortamos la
distancia y nuestros peores presagios se confirman, se trata del águila
perdicera marcada y que yace muerta en un canchal de piedras. Rachif realiza el
protocolo de levantamiento de cadáveres, tomamos gran cantidad de fotografías y
verificamos que no existen impactos de plomo como consecuencia de un disparo
furtivo. Levantamos el cadáver y regresamos, con un poco mal sabor de boca,
pero satisfechos por la ayuda que hemos podido prestar a Rachif en esta
situación.
En el
lodge, tomamos un aperitivo y apuntamos algunos detalles con nuestro amigo para
ver las posibilidades que tendremos en el próximo septiembre de poder visitarlo
y disfrutar de la migración de aves planeadoras. Rachif nos averigua con la
habitual cordialidad de este país, el taxi que nos llevará hasta Tanger, para embarcar
y regresar a la Península.
El
final de nuestros cuatro días llega a su fin, con la “guinda del pastel” puesta
en forma de espera en la Estación Marítima de Tanger de tres horas para
embarcar. Tres horas de cola, esperando llegar a la caseta donde la policía
marroquí sella el pasaporte. Tres de horas de repaso de nuestro genial viaje y
tres horas para poner sobre la mesa un nuevo destino.
Nos
marchamos con un buen sabor de boca, nos ha encantado todo lo vivido,
observado, disfrutado y comido. Estamos seguros de que repetiremos la
experiencia.
Para finalizar os dejamos algunas
recomendaciones para viajar a Marruecos:
-La
moneda del país es el DH y su cambio puede realizarse directamente al salir de
las estaciones marítimas. En los núcleos urbanos también es posible realizarlo
en los bancos existentes.
-El
billete del barco con la compañía FRS cuesta sobre los 68 euros ida y vuelta.
-La
seguridad en el país y dada nuestra experiencia es más que suficiente, ahora
bien no hay que confiarse y estar bien atento a todo lo que nos rodea.
-Regatea,
no te conformes con el primero de los precios que te den en las tiendas donde
compres. Ahora bien, ten en cuenta lo que negocias, a veces puede que estés
negociando por ahorrarte un euro.
Otra cosa son los precios de cafés y
restaurantes, donde el precio es el que viene en la carta.
-La
comida es buena, si bien es cierto que no es el país más pulcro del mundo, pero
es muy aceptable lo que sirven en la mesa. Evitamos en todo momento beber agua
del grifo y lo hicimos comprando agua embotellada.
-Olvídate
de los perjuicios con la gente marroquí, en líneas generales son muy cordiales
y amables. Es cierto que en muchas ocasiones quieren ayudar al turista por
recibir algunos DH como propina, pero que eso no te preocupe, si como propinas
das 5 DH están dando 50 céntimos de euro.
-La
conducción en Marruecos es muy diferente a la española. Ya hicimos algunas observaciones
anteriormente, pero ve a tu rollo y disfruta del paisaje. En el caso de tomar
un taxi, has de saber que puede que no tenga cinturones de seguridad, no es
obligatorio en este transporte.
Espero que disfrutéis con las imágenes de este increíble viaje.
El azul añil de Chauen, le da un color excepcional al paso de la vida de este pueblo.
Disfruta de los mercados y del regateo, es una de las actividades más sanas de este viaje.
Veras pocos o casi ningún perro, pero los gatos en Chauen se apoderan de cada rincón.
El camino a la Mosquee Bouzaafar es muy espectacular y brinda colores y luces como estas.
La noche en Chauen, también resulta de lo más colorida e interesante.
Uno de los desayunos de los que disfrutamos en nuestra estancia.
Chauen desde el camino Route de Tisemlale que permite unas magníficas vistas.
Observando Collalbas negras en los muros que rodean a Chauen.
Las tiendas de perfumes y jabones tienen algo que hipnotizan.
La Gran cascada de Talassemtane
Jbel Moussa, con el Peñón detrás.
Grajilla en los mechinales de la Kasba.
Escribano soteño.
Collalba negra.
La Mosquee Bouzaafar
Collalba rubia.
Alcaudón real algeriensis
Uno de los macacos que observamos de un clan familiar.
Rachif con el cadáver de la perdicera ya localizada.
Los buitres del Jbel Moussa.
Extraordinario reportaje, saludos desde Cantabria.
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