lunes, 4 de marzo de 2024

4 DÍAS EN LONDRES

En el mes de febrero y durante cuatro días hemos disfrutado de la ciudad de Londres. Para la ocasión he tenido una de las mejores guías que podría tener: Emily. Conocedora de la ciudad, de sus rincones, de la historia y sobre todo del idioma de manera excepcional, lo que nos ha permitido embarcarnos en este viaje relámpago.

La fecha elegida en febrero era adrede, fuera de las fechas vacacionales de medio mundo y que evitarían saturar la ciudad con esperas eternas, mogollón de gente, etc. Poco se equivocó Emily en esto, acertó de pleno.

El viaje han sido cuatro días, incluyendo el viaje de salida y el regreso. Aunque no lo parezca en ambos días, hemos disfrutado de la ciudad londinense.

El objetivo de este viaje era hacernos una idea de Londres y disfrutar de las aves en los jardines públicos de la ciudad. Objetivo más que cumplido como podréis leer a continuación.

Para facilitar el desarrollo de la entrada, contaré cómo hemos organizado cada uno de los días en los que hemos estado en este viaje. Aunque antes, os cuento algunas cuestiones a tener en cuenta para viajar a Londres:

-La moneda es la libra y viniendo de un país europeo has de saber que esta es más cara (casi diría que bastante más que el euro, pero tampoco tanto). Para que te hagas una idea, 8 libras son unos 10 euros. ¿Has de cambiar monedas para poder moverte en Londres? Pues la respuesta es no.

-Para los pagos, lo mejor es hacerlo con tarjeta bancaria y si no quieres comisiones, la mejor de las opciones es utilizar REVOLUT. Con ella podrás pagar en el transporte público (bus y tren) además de en todas tus compras.

-Volar a Londres puede ser barato. En nuestro caso con Rayan Air nos ha salido sobre los 54 euros. Ahora bien, ten en cuenta la maleta o mochila que vas a llevar, pues como tengas que facturar, podrás pagar de más unos 50-60 euros. Nosotros compramos dos mochilas individuales pequeñas, para meter una muda completa, bolsa de aseo y prismáticos. Un tema importante al llegar a Londres, bueno, al aeropuerto, en nuestro caso Stansted, es que está a una hora y cuarenta minutos de la ciudad en bus, mientras que en tren está a media hora. La diferencia económica entre una y otra opción varia. En bus, el trayecto es más largo, pero por 40 euros haces la ida y la vuelta. En tren, el billete de ida y vuelta es de 70 euros. En nuestro caso, elegimos el bus.

-Calzado para Londres. Pues en este punto te diremos que lleves botas o zapatos que no se calen, pues la lluvia puede hacer acto de presencia en cualquier momento. Nosotros elegimos botas de montaña con Goretex.

-Alojamiento y transporte urbano. Elegimos un alojamiento lo más barato posible para las tres noches que teníamos que pasar en la ciudad. El precio fue bajo, al realizar una reserva con baño compartido, pero con habitación doble. Es importante en Londres buscar un alojamiento cerca de una boca de metro, pues será el transporte por excelencia para tus traslados en la ciudad. El precio de dichos traslados es variable y puede rondar desde los 10 euros a los 3.

-Comida. Pues aquí es donde están gran parte de los gastos. Comer en Londres es caro, bastante caro. Una idea, un café son de 3 a 4 libras, al cambio… 5 euros. Si ya lo pides con un dulcecito… pues se va a los 10 euros. En nuestro caso, hemos optado por comprar los menús de sándwich, con bebida y snack de los supermercados y que salen más o menos por 4 libras. Hemos alternado con comida en la calle, como pizza napolitana o comida india. El truco, visitar mercados alternativos o barrios en los que sabíamos que teníamos estas opciones.

-Museos. En este viaje hemos visitado tres museos: El British, el de Historia Natural y la Galería de Arte. Aunque no lo parezca, ninguno de ellos tiene coste para el visitante. Se pide al entrar un donativo voluntario. En nuestro caso el “donativo” lo hicimos en la cafetería de los museos tomando un café.

Primer día:

El vuelo lo tomamos desde Málaga a las 11:00 de la mañana. En dos horas y cuarenta minutos estábamos en el aeropuerto de Stansted, desde el que tomamos el bus que nos llevó a Markplace. Esta parada está justo enfrente a uno de nuestras visitas más deseadas: Hyde Park y que además disfrutamos en días posteriores. A las 16:30 hora londinense, Emily y yo ya estábamos caminando con nuestra mochila por las calles de la ciudad. Nuestra primera parada fue en Carnaby Street y Oxford Circus. Estas calles son muy pintorescas y recuerdan el pasado de Londres, hoy convertidas en calles comerciales y dedicadas a las compras.

Al realizar el viaje en viernes y en la programación perfecta de Emily, la idea era llegar al museo Británico, pues este día de la semana lo abren hasta bien entrada la tarde-noche, con lo cual aprovecharíamos esta posibilidad y no restariamos otras visitas a plena luz del día. Este museo es espectacular por la cantidad de objetos que tiene de épocas pasadas, sobre todo egipcias, griegas y romanas. Se justifica en el British, como ha llegado todo ese material al Reino Unido y como ha sido “cedido” por los países de origen. El bullicio de los visitantes es alto, pero merece la pena pasar y realizar una visita en este lugar.

Después del museo, fuimos al barrio del Soho, China Town y Leicester Square, buscando visitar la conocida esquina de Picadilly Circus, a la cual llegamos andando, disfrutando de las luces de la ciudad. Soho es un barrio con gran cantidad de cantinas y tabernas y una vez más mantiene la construcción antigua de la ciudad sumida en mogollón de luces y modernidades. Sabrás que has llegado a China Town, por las enormes portadas con motivos orientales que dispone el barrio. Dentro, gran cantidad de restaurantes y locales de comida, parecen trasladarnos al país asiático. En Leicester Square, podrás contemplar una enorme estatua dedicada a William Shakespeare. Esta plaza es muy conocida en los estrenos de cine, pues muchas de las grandes superproducciones se proyectan en el cine con la pantalla más grande del mundo, así como con el mayor número de butacas. La conocida esquina de Picadilly no es más que una intersección de calles en el este de la ciudad y en ella se proyectan en grandes pantallas (nos recordó a la Plaza de Callao en Madrid), anuncios y publicidad de todo tipo.

Desde Picadilly, y tras todo el día de viaje, tomamos el metro dirección a nuestro alojamiento estratégicamente situado en Earth Court. Este barrio se aleja del centro neurálgico de la ciudad de Londres, pero para las visitas programadas y su acceso en metro, Emily eligió realmente bien esta zona como alojamiento para nuestras interminables caminatas. Destacar en esta zona la antigua estación de metro y comentar que en un primer momento Earth Court fue conocida como el “Valle del Canguro” por la repoblación realizada por inmigrantes de Australia y Nueva Zelanda.

Segundo día:

Después del merecido descanso nocturno y tras desayunar frutos secos y fruta, salimos caminando hacia el Museo de Historia Natural. En tan solo 10 minutos desde nuestro alojamiento llegamos a primera hora al museo, que con puntualidad británica abre a las 10. El interior del museo es espectacular, con unas colecciones de fauna y fósiles increíbles. Una estatua de Darwin vigila a los visitantes y en diferentes salas puedes disfrutar de los descubrimientos naturales que hizo. Completan la visita algunas exposiciones temporales al igual que la arquitectura del edificio que alberga. 

Llegados a este punto, he de contar y narrar la sensación extraña que sentí, cuando en el vuelo de ida a Londres empecé a leer el libro recién adquirido de Ricardo Reques: Una rana en el Zoo de Durrel. Pocos días antes del vuelo, asistí a la presentación de este libro y fue el que decidí que me acompañaría en mi viaje. Mientras leía llegue al apartado en el que Ricardo hace referencia a la extinción de la especie Gran alca y donde uno de estos ejemplares se encuentra disecado. En concreto su ubicación es el Museo de Historia Natural. Es por ello y como homenaje a Ricardo, transporte mi libro durante todo el día y lo llevé hasta aquel Gran alca. ¡Que momento tan emocionante estar delante del ejemplar que inspira parte del texto de Reques!.

Tras el museo, nuestro camino nos llevó al enorme Hyde Park. Uno de los pulmones verdes de Londres. La enorme arboleda dispone a los londinenses un respiro. Caminos para senderistas, caminos para bicis e incluso caballos. Nosotros nos dedicamos a disfrutar de las aves que podíamos avistar con nuestros prismáticos. Resultó curioso ver especies como las barnaclas canadienses, ánsares y cisnes. También algunos porrones comunes, moñudos y ánades frisos. 

Tras nuestra excursión verde, tomamos un bus y nos fuimos a Portobello y Notting Hill un barrio en el cual un gran mercado “de todo un poco” hace que pierdas la noción del tiempo. En este lugar aprovechamos para poder tomar pizza napolitana y continuar nuestro recorrido.

En un traslado rápido en metro nos fuimos a Tower of London, junto al Támesis y Tower Bridge, imagen icónica de Londres. Caminamos y paseamos por esta zona de manera tranquila.

Una recomendación que hacemos es recorrer los muelles de ST Katharine. Estos muelles disponen de gran variedad de embarcaciones de la gente más adinerada de Londres y que puede disponer de estos lujos. En nuestro caso disfrutamos de la observación de aves como el porrón moñudo y la focha común en unas curiosas islas flotantes donde nidifican.

Una nueva caminata nos condujo desde Tower Bridge hasta el Big Ben. Para llegar cruzamos el Támesis por el puente Millennium Bridge, un puente completamente peatonal que nos encantó con las vistas de Londres y toda su iluminación. Llegamos, antes de cruzar una vez más el Támesis, a lo más icónico de la ciudad, una gigantesca noria que permite unas increíbles vistas. Una atracción apta solo para los que no tengan vértigo y quieran gastar las 30 libras que cuesta su entrada. Sobre el puente Westminster, unos curiosos carritos de venta urbana te ofrecen garrapiñada y unos fantásticos perritos calientes. Después de dar una vuelta por el palacio de Westminster, tomamos un nuevo metro con destino a nuestro alojamiento para finalizar el día.

Tercer día:

Repetimos a primera hora de la mañana el Hyde Park, para después pasar por Green Park, camino de Buckingham Palace y ver el cambio de guardia a las 11:00. Bastante gente se arremolinó para este evento. Un desfile con algunos soldados, gaitas y una banda militar aderezaron la parafernalia del momento. Desde este punto, nos fuimos hacia la guardia a caballo (Royal Horse Guards). Se trata de un edificio que alberga la antigua caballería inglesa y en la que sin saberlo también pudimos observar el cambio de guardia. Un oficial inspecciona a dos soldados a caballo, una vez que la revista es satisfactoria, sustituyen a los caballos que realizaban la guardia.

Pasamos por la entrada de Downing Street, pero ni rastro del gato del primer ministro. Una vez más llegamos al Big Ben y lo disfrutamos de día, pues el día anterior lo vimos de noche.  Desde aquí, fuimos a Trafalgar Square y desde aquí a Camden Town. Este barrio es un enorme comercio lleno de un millón de cosas para vender y consumir a diestro y siniestro. Música, restaurantes, bares… se alejan del pasado comercial de esta zona. Rebuscamos el origen de Camden Town y descubrimos parte del Londres más oscuro en lo que fueron sus callejones húmedos, malolientes y tenebrosos.

Por la noche teníamos reservado en el barrio pakistaní (Brick Lane) un free tour sobre Jack El Destripador, que nos encantó y nos puso en la pista de cómo fueron los asesinatos de Jack The Ripper. Posteriormente tomamos algo de comida india y regresamos a nuestro alojamiento.

Cuarto día:

Recogimos nuestra mochila y este último día fuimos directamente a Covert Garden. Disfrutamos de sus calles y un animado mercadillo de oportunidades. Posteriormente teníamos reservado entrada gratuita en la Galería Nacional de Arte, donde disfrutamos de las colecciones disponibles de Van Gogh, Rembrandt, Monet, etc. Aquí una vez más y como nos gusta hacer en este tipo de visitas, nos pusimos a identificar aves de las pinturas que pudimos contemplar.

Tras estas últimas visitas terminamos nuestro viaje relámpago pero encantador, iniciando el regreso a España, tomando primero un bus que nos llevó al aeropuerto y desde allí embarcamos hacia Málaga.

Para finalizar esta entrada os dejo algunas fotos de este increíble viaje y un destino al que seguramente volveremos: 



Aunque no lo parezca, la gran urbe de Londres, dispone de una biodiversidad urbana muy visible. 

Edifico espectacular que alberga el Museo de Historia Natural de Londres. 





Varias imágenes del interior del Museo de Historia Natural de Londres. 


El libro de Ricardo Reques en el Museo de Historia Natural de Londres. 


Muelles de ST Katharine. 




Ejemplo de una de las ilustraciones para conocer la biodiversidad urbana que se encuentran en alguno de los parques de la ciudad de Londres. 





Arte y deporte urbano en la ciudad. 



Imagen del metro, transporte que nos llevaría de un lado para otro de la manera más fácil y ágil. 




Museo naval en el Támesis a bordo del barco HMS Belfast


Muelles de ST Katharine. 




Imagen típica de Tower Bridge







Monumento iluminado de la Tower of London. 













Arriba varias fotos de la Galería  Nacional de Arte de Londres. 






La modernidad y la tecnología también han llegado al transporte público. 




Calles en Camden Town



Arriba, fotografías del Cambio de Guardia en Buckingham Palace. 



 El almirante Nelson en Trafalgar Square. 

 

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