"En la Medina de Marrakech el tiempo se ha detenido en los relojes de las personas que pululan sus calles y plazas, pues cada día el movimiento y la vida de estas gentes es siempre un “Déjà vu”. Un día tras otro la historia, los artistas, los comercios siguen en los mismos lugares y de la misma forma. El regateo, el ofrecimiento a comprar y vender, los personajillos como los “aguadores”, los danzantes o los encantadores de serpientes, muestran su espectáculo por unos dírham”.
Durante el verano pude estar en la ciudad de Marrakech y aunque no he ido a pajarear, siempre llevo la cámara y los pritmáticos por lo que pueda pasar. Os recomiendo Marruecos para ir a ver aves en medio de un país ocre y fácil de conocer.
En mi estancia tuve la posibilidad de ver al Bubul naranjero y al Escribano sahariano, muy comunes dentro de las ciudades. Aunque sobre la Medina de Marrakech y la térmica que esta genera, no es fácil ver Águilas calzadas, Ratoneros moros y algún que otro paso de Buitres moteados.
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