lunes, 15 de octubre de 2018

Múnich, el Danubio, Mauthausen y Viena: pedaleando en paralelo a un gran río.

Un placer poder dejaros el viaje del verano 2018. Durante 10 días de agosto, Emily y yo hemos realizado un recorrido espectacular por el centro de Europa, que en mi caso, ya llevaba bastante tiempo (años) en mi cabeza: Recorrer una de las rutas cicloturistas más antiguas y mejor preparadas del viejo continente. Casi 400 km de pedaleo para disfrutar de la bici, las ciudades, el río Danubio y la gente de la manera más natural posible.

Nuestro vuelo partió de Madrid, con destino a Múnich, donde pasaríamos dos días visitando la ciudad. En líneas generales el viaje tiene un total de 10 días, de los cuales 6, son de pedaleo y el resto se reparten en la ciudad de Múnich y Viena. El vuelo de regreso lo tenemos desde Viena directamente a Madrid.

Días 3 y 4 de Agosto: La ciudad de Munich.

Volamos desde bien temprano, a las 7:00, lo que nos traslada a Múnich y disfrutamos de la ciudad desde las 11:00 de la mañana. Vamos al Hotel y dejamos la maleta que llevamos para todos estos días, más adelante os contaremos que es lo que llevamos y como organizamos nuestro equipaje.
Primer contacto con Múnich, disfrutando del peculiar reloj del Ayuntamiento desde donde parte y se concentran la gran mayoría de los turistas: MARIENPLATZ.

Por la tarde aprovechamos un FREE TOUR, que nos enseña lo más destacado de la ciudad, incluyendo la famosa cervecería en la que se fundaría el partido nacional socialista y sus fatales consecuencias.

Vamos al mercado de VIKTUALIEN-MARKT donde hay muchos bares o puestecitos de cerveza y de “carnaca”.  Disfrutamos del ambiente y hacemos “people waching” con los turistas y la gente autóctona vestida con la ropa típica de piel de ciervo para el caso de los hombres.

Como hemos realizado en otros viajes, esperamos la noche para ver la ciudad iluminada y tomar algunas fotografías.

Hemos de destacar que nos llamó la atención la cantidad de fuentes que tiene Múnich por todos lados y con una calidad excepcional, por tanto disfruta de ellas y rellena tu botella sin problemas.

El domingo por la mañana lo aprovechamos para visitar el JARDIN INGLÉS. Aquí cargamos con nuestros prismáticos buscando aves en la frondosidad de algunas partes del jardín y disfrutamos de especies como pito real, pico picapinos, petirrojos…También nos sorprende como los más jóvenes se divierten haciendo surf en pleno parque. Una ola artificial hace las delicias de estos "caballeros de olas". 

En nuestra estancia en la ciudad, no fuimos a la zona deportiva y donde se encuentra el museo de BMW, lo dejamos para otro momento.

La tarde del 4 de agosto tomamos un autobús, que nos cuesta unos 15 euros/persona para llegar al pueblo en el que vamos a empezar nuestro recorrido: Passau. El trayecto es muy cómodo y en unas dos horas y media estamos en Passau. Nos trasladamos a nuestro hotel en la misma estación de tren y tras dar un pequeño paseo nocturno, cenamos y descansamos, en breve recogeremos nuestras bicicletas y empezaremos el pedaleo.

Passau es una bonita ciudad, la conocen como la ciudad de los ríos, pues está bañada por tres ríos: El Danubio, el Enno y el Ilz.



Plaza de Marienplatz, centro neurálgico de Munich. 






El Jardín Inglés, espectacular pulmón verde en la ciudad. 



Callejón en Múnich. 




Un surfista en el Jardín Inglés. 

5 de Agosto: Primera STAGE: PASSAU-ASCHACH 64 KM.

Nos levantamos y nos vamos directamente a la tienda de bicis donde hemos alquilado nuestras “monturas” para los siguientes seis días.

Nuestra reserva consta de:
-2 bicis con siete marchas (1 plato y siete piñones). 
-Dos pares de alforjas traseras para cada bici.
-La recogida de las bicis en Passau y la entrega en el hotel que tenemos reservado en Viena.
En nuestra reserva no incluimos el traslado de equipaje, pues cargamos con él desde el primer día hasta el último, aunque puede conseguirse ese servicio sin problemas.

Personalmente las bicis que nos dan son aptas para realizar los 400 km, pero he de comentaros que son bicis pesadas y la relación de marchas a nada que te salgas de la ruta y tengas que subir alguna pendiente se muestra insuficiente. Vimos algunas otras bicis de otros ciclistas con relaciones de marchas más interesante y menos pesadas. No obstante nosotros hicimos el camino sin problemas, ni contratiempos mecánicos.

Una de las opciones que más vimos y que no elegimos, de momento nos sentimos muy jóvenes y fuertes para tomarlo en cuenta, es el alquiler de bicis eléctricas muy extendidas en todo el recorrido.
Cargamos, hacemos una primera prueba y vemos como va la estabilidad de la bici, frenos y luces. Todo correcto. Desayuno a tope y salimos. Recorremos el centro de Passau y cruzamos el primero de los puentes que vamos a tropezarnos. No tenemos muy claro cómo será el carril bici del Danubio, pero lo descubrimos en breve. El 80% del recorrido está separado de carreteras, con lo cual nada más que tendrás que tener mil ojos para no chocar con los “tropecientos” mil ciclistas que encontraras en el camino.

Esta primera etapa es la que más nos ha gustado en cuanto al paisaje disfrutado. Son 64 km, muy salvajes, con enormes bosques húmedos de la profunda Austria.

La humedad es alta y prácticamente nos acompañara durante todo el recorrido. Por la tarde una buena tormenta refresca el ambiente.

Durante todo el recorrido puedes hacer el camino por la orilla derecha o la izquierda, no obstante y en todo momento existen puentes y barcazas que te cruzan de un lado a otro sin problema. Los trayectos en barcaza suelen rondar los 2,50 – 3 euros por pasajero.

Nosotros cruzamos para ver el famoso meandro de Schlögen, aunque existe un sendero para subir a un formidable mirador, decidimos no hacerlo, pues es impracticable para la bici. En esta zona existe una buena área recreativa en la que poder tomar un tea o café sin problemas. Si desde Passau veníamos por la orilla izquierda, ahora continuamos y terminamos la etapa por la orilla derecha.

El alojamiento lo tenemos en el pueblo de Aschach en un bonito hotel con restaurante asiático espectacular y que nos ayuda a reponer fuerzas.



Durante la noche que pasamos en Passau, hubo una explosión de miles de mariposas nocturnas, agonizaban en el suelo, sobre los coches, bancos de parques, etc y estas arañas aprovecharon para alimentarse. 


Uno de nuestros "pesados" pero cómodos vehículos, para afrontar los 400 km de camino. 


Ciudad de Passau. 


Taller sobre hoteles de insectos para mayores y pequeños.


Exposición de una ONG en el camino sobre la fauna del río y bosques del Danubio. 


Carril bici de "envidia sana" en paralelo al gran Danubio. 


El famoso meandro de Schlögen


¡Así se apila la leña en Austria! 


A lo largo del camino la diversidad de colores, formas y vida es enorme. 


La humedad del recorrido está presente de manera muy patente. 



¡Sírvase usted mismo! En muchos puntos del recorrido, cestas de fruta como esta, permiten a los usuarios del camino disfrutar de fruta fresca y sin costar un céntimo. 

6 de Agosto: Segunda STAGE: ASCHACH-ENNS 70 KM.

Nos levantamos sobre las 7:30 y desayunamos. Durante el recorrido nos planteamos tomar fruta fresca y frutos secos, cenando por la tarde noche sobre las 19:00. Es un horario raro para los que venimos de España, pero es lo que hace casi todo el mundo en Europa y he de decir que no es mala idea, creo sinceramente que se aprovecha mucho más el tiempo a lo largo del día.

Esta etapa, es soleada y vamos por la margen derecha buscando la ciudad de Linz. Es una de las grandes ciudades que visitamos en todo el recorrido. Merece la pena recorrer el centro y ver su calle principal llena de comercios y tranvías. Recorrimos parte de la zona antigua visitando la imponente Iglesia de Mariendon, el imponente órgano estaba sonado y las enormes vidrieras le daban un enorme colorido a todo el conjunto.

Al salir de Linz hay que tener cuidado pues no está muy claro cuál es el camino. Nosotros después de unos cinco kilómetros de errores descubrimos que hay que seguir por el camino de orilla izquierda.

El camino nos permite disfrutar del Danubio, vemos algunos pájaros y vamos parando donde queremos, está todo muy preparado para disfrutar del recorrido.

Nuestra ciudad de destino Enns, donde nos espera nuestro alojamiento. Modesto y con una enorme terraza, desde la ventana de nuestra habitación una pareja de colirrojos tizones dan de comer a cuatro pollos hambrientos y que ya tienen capacidad de vuelo. Se apelotonan en una vieja estantería de un viejo pajar esperando la venida de los adultos. Esto nos da un buen rato de observación.

Paseamos por Enns, llegando a la plaza principal del pueblo, donde está la Torre de la ciudad. Dispone de un campanario, torre de reloj y torre de vigilancia. Con sus 60 metros de altura es el símbolo destacado de la ciudad. Venciendo 157 escaleras llegan los visitantes a la galería sobre el reloj de la torre. Esta situado en una colina y recorremos algunas de sus calles, buscando un mirador, lo encontramos y disfrutamos de las vistas de una enorme campiña dibujada y limitada por gran cantidad de arboledas.

Descubrimos una placa que conmemora el día que Enns fue liberada de las tropas nazis durante la II Guerra Mundial por la 65 División de Infantería de Estados Unidos.

Regresamos a nuestro alojamiento y cenamos una receta hecha con harina, queso, huevo y perejil, que se sirve en sartén y esta buenísimo. Pediríamos este plato en otras zonas austriacas pero no tendrían nada que ver con lo delicioso de esta primera prueba.


 Curiosa imagen la que tomamos en la entrada de Enns y en la puerta de una empresa de construcción: una colmena activa. No imagino esto en ninguna ciudad española. 


La Torre del Reloj de Enns. 


Placa dedicada ala 65 División de Infantería de Estados Unidos, por la liberación de Enns. 



El carril bici del Danubio se encuentra perfectamente señalizado y asfaltado en todo su recorrido. 


Imagen nocturna de uno de los pueblos del Danubio. 

7 de Agosto: Tercera STAGE: ENNS-PERSENBEUG 64 KM.

Día especial el de esta etapa. Desde hace muchos años he seguido, no de manera exhaustiva, todo lo relacionado con la Guerra Civil Española y las dos Guerras Mundiales, me gusta el tema bélico y tenía pendiente en alguna ocasión visitar alguno de los campos de concentración nazi. Quería sentir y tratar de comprender como el Siglo XX fuimos como fuimos y llegamos a tener un odio infernal los unos con los otros. Las guerras, guerras son. Las reglas de enfrentamiento, de compromiso…el honor debería estar presentes en todos y cada uno de los bandos…

Saliendo de Enns, a tan solo seis kilómetros en bici se encuentra el pueblo hoy tranquilo de Mauthausen y a unos cinco kilómetros de este núcleo poblacional uno de los campos de concentración nazi, más conocido y con el mismo nombre del municipio.

Preguntamos cómo subir al campo, pero ni en Enns, ni en Mauthausen nos saben indicar como se puede llegar. La gente no responde, evita contestar, no saben si hay autobús, si hay taxi, para poder visitar el campo. Tengo la sensación de que hay vergüenza por dar esa información, la gente parece o no quiere saber nada de lo horrendo que fue tener aquella máquina de exterminio en la misma puerta de casa.

La información de cómo llegar al campo, la obtenemos de la experiencia de otros ciclistas y sus crónicas. Existe una buena rampa de alta pendiente y de unos 2 km de longitud. No optamos por subir en bici y localizamos al taxi municipal que por 20 euros te sube y baja desde el centro del pueblo a la misma puerta del campo de concentración. Las bicis y el equipaje las dejamos en el museo cultural de Mauthausen donde nos atienden muy bien y nos facilitan alguna información.

Lo primero al llegar al campo, es dirigirse a la oficina de recepción. No hay policías, no hay seguridad en todo el recinto, solo personal que atiende en la recepción y en la zona de museo. Me sigue sorprendiendo que ningún vehículo policial custodie el edificio. En la recepción descargamos la APP que contiene la audioguía.

He visto antes de llegar al campo, algunas fotos de lo que ocurrió allí. Impresiona el material fotográfico de lo que pasó entre aquellos muros, entre aquellas cercas electrificadas. Estar delante de la puerta de Mauthausen me deja con los pelos de punta. Recorro los puntos que la audioguía propone y llego a los jardines que albergan los diferentes monumentos que homenajea a los presos polacos, italianos, españoles y de otras nacionalidades que pasaron por allí.

El monumento a los 7000 republicanos españoles que salieron huyendo de España y que fueron engañados por Francia para ser trasladados en un tren de la muerte hasta aquí me hace pensar. No puedo entender como por la cabeza de un ser humano se puede tratar a un semejante como allí se hizo y como hoy día se hace en otros países del mundo y donde la sociedad lo da por normal. Que ocurriera aquello en Europa, no tiene más valor o importancia que lo que ocurre hoy día en Siria, Afganistán o Birmania.

Recorro todo el campo, escucho mi audioguía y me quedo perplejo por lo que descubro: Barracones saturados de presos de los 300 internos a los 1000. Me imagino la situación de hacino, de hambre, de pasar y valorar la vida.

Llegar a los crematorios y a la antesala donde se agolpaban los cadáveres para su incineración, ver la sala de autopsias...me revuelve el estómago.

Salimos de Mauthausen y como dijo un ciclista francés, no tenemos más remedio que buscar un poco la humanidad, el calor a veces perdido de la humanidad. Mi vuelta a España tras este viaje viene con marca y viene con la idea de poder aprender sobre los españoles que llegaron a este campo de exterminio. Lo que he visto y leído hasta ahora, me parece una enorme manera de aprendizaje para entender parte de nuestra historia y de lo que pasa ahora en nuestro mundo. Conocer la historia de Francisco Boix y como la resistencia del campo, con el mando de los españoles, idearon el plan para sacar material fotográfico de la SS de los muros de Mauthausen para que el mundo conociera las atrocidades que se hicieron allí es uno de los grandes descubrimientos que he tenido en este postviaje.
Abandonamos Mauthausen, nos quedan 64 km, para terminar la etapa de hoy y son la 13:00. Somos conscientes que nuestra visita matinal atrasaría la llegada a nuestro nuevo descanso, pero merece la pena y continuamos.

Buscamos la ciudad de Grein por la margen izquierda del Danubio. El recorrido sigue siendo agradable a pesar del calor y la elevada humedad.

Llegamos al pueblo Grein, una vez más un casco urbano pintoresco sobre el gran río. He de comentar aquí que se hace obligatorio cruzar en barco a la otra orilla desde Grein, pues nosotros continuamos por la orilla izquierda y por primera vez nos sentimos muy amenazados por los vehículos que nos superaban en el escaso arcén-carril bici.

Llegamos a Persenbeug cenamos y paseamos por la orilla del Danubio viendo la ciudad de Ybbs, que son sus luces nos deleita el paseo nocturno.




Entrada al campo de concentración de Mauthausen. Justo en lo alto de la puerta y en el centro había una esvástica, que fue derribada el día de la liberación del campo por los prisioneros del mismo, como podéis observar en la imagen siguiente.  





Esta imagen disponible en la red, destaca la importancia de los republicanos españoles en el campo y como desplegaron el mensaje de bienvenida a los aliados en la liberación del mismo. 



Monumento a los republicanos españoles caidos en el campo de concentración de Mauthausen.  


Da igual que sean republicanos españoles, en esas lamentables condiciones vivieron y perecieron miles de personas. 




Rincón dedicado a los republicanos españoles en una de las salas en las que se encuentran los hornos crematorios. 



Imagen actual de uno de los hornos crematorios y en la siguiente fotografía se observa como un soldado estadounidense contempla el interior del mismo el día de la liberación. 






El Danubio también tiene sus propios puertos deportivos. 


Al fondo el pueblo de Grein. 



Grein, uno de los pueblos del Danubio con bastante actividad turística. 


8 de Agosto: Cuarta STAGE: PERSENBEUG-KREMS 65 KM.

La salida la hacemos buscando el puente que pasa sobre lo alto de la exclusa de Persenbeug y entrando en el pueblo de Ybbs. Realizamos nuestro recorrido hacía Melks por la orilla de la derecha. La cantidad de bicis en esta parte del recorrido es enorme y estamos agradecidos por ver cuanta gente ama la bici.

El viento durante el recorrido que llevamos, nos viene de cara, eso nos ralentiza un poco, pero tenemos el ánimo alto y seguimos pedaleando. En Melks tomamos un refresco y no localizamos el cruce que nos recomiendan algunos bikers, así pues seguimos por la orilla de la derecha buscando el pueblo de Splitz.

Unos cinco kilómetros de Melk, nos topamos con Aggsbach Dorf y una terrible cuesta de un kilómetro que no esperábamos. La subimos y al coronar, nos espera un bonito descenso a toda velocidad para buscar el Danubio. Este carril es menos transitado que el de la derecha, pero creo que merece mucho la pena.

Al llegar al pueblo de Spitz, vemos algo que nos sorprende e impensable en España: una silla, con varios cestos de fruta compuesto cada uno de ellos, por uvas, melocotón, moras…un kilogramo y medio de fruta por unos 2,5 euros. Lo que nos sorprende no es el precio, sino que no hay nadie atendiendo el improvisado puesto. El puestecito, dispone de una silla, un cartel, las cestas de fruta y un vaso para depositar el dinero.

Tomamos una vez más la barcaza y cruzamos a Spitz, desde aquí a Krems el camino nos adentra en los viñedos de esta parte de Austria. Viñedos en pendiente y muy bien cuidados nos guían hasta Krems.

Nuestro alojamiento, es un bonito apartamento, con todas las comodidades y muy fresco. En esta parte de Austria el calor y no exagero es igual al de Córdoba: seco, que lo calienta todo y por la noche todos los elementos radian lo acumulado…

Un paseo por Krems nos lleva por el centro urbano, muy comercial, con algunas iglesias y calles estrechas. Terminamos cenando en un buen restaurante italiano: Corleone.


La esclusa de Persenbeug. Si decides hacer este camino en alguna ocasión tendrás que cruzar por alguna de ellas para cambiar de orilla, lo cual te dará una idea de la anchura del río en alguno de sus tramos. 




Sobre una de las barcazas que realizan el cruce del río Danubio para cambiar de orilla. 


Y si el Danubio tiene puerto deportivo, barcos, carril bici...¿Cómo no iba a tener playa?


En algunos tramos el camino transcurre entre viñedos. 

9 de Agosto: Quinta STAGE: KREMS-TULLN 55 KM.

Salimos bien temprano, la idea es aprovechar la mañana para llegar temprano a nuestro destino. En los días posteriores, nos hemos levantado sobre las 7:00, para empezar a pedalear sobre las 8:00, pero en este día nos levantamos a las 6:30. Hace algo de fresco pero no para ni tan siquiera ponerse el polar que llevamos.

El recorrido una vez más es agradable, si bien dispone de muchos enlaces por carreteras agrícolas, en las cuales nos cruzamos con algunos coches y tractores lo cual no supone problema alguno.
Tomamos un refresco en uno de los bares que hay a pié del carril bici. Es parada obligatoria, lo hacen casi todos los ciclistas. Tan solo nos quedan para llegar a Tulln unos 15 km. El camino en esta parte nos parece serpenteante y en algunos momentos se aleja del gran Danubio.

Llegamos a Tulln y nos dirigimos atravesando todo el pueblo a nuestro alojamiento. Esto nos viene muy bien, pues así nos hacemos una idea de por dónde vamos a caminar por la tarde y disfrutar de esta ciudad.

Buscando información sobre Tulln y descubrimos el Jardín Botánico de Garten Tulln. Un magnífico parque temático dedicado al diseño de jardines y es que en todo nuestro recorrido de este viaje hemos disfrutado de los jardines que tienen los alemanes y austriacos. Los cuidan con esmero y aplican todo tipo de detalles ornamentales. En este jardín botánico, puedes tomar un millón de ideas para poder aplicar en tu jardín, pues como si de un “IKEA-Jardinero” se tratara lo han configurado. Además dispone de una enorme torre metálica panorámica de 30 metros de altura, un espacio dirigido a las energías renovables, zona infantil, zona de navegación con kayaks y zona de restauración. Ahhh y una tienda con una magnífica librería sobre naturaleza.

Terminamos la tarde delante de un club náutico dedicado al ski acuático. Está a las orillas del Danubio y pasamos un buen rato disfrutando del lugar y del final del día.


Iglesia en Krems 


Reflejos del Gran Danubio. 


Camino de Tulln.


En el Jardín Botánico de Tulln. 


Recreación de zonas ajardinadas tipo en Tulln. 


Uno de los jardines con piscina natural más espectaculares que hemos visto. 



Plaza principal de Tulln. 

10 de Agosto: Sexta STAGE: TULLN-VIENA 45 KM.

Solo 45 km por delante para que terminemos de pedalear y podamos visitar a placer y durante dos días y medio la gran ciudad imperial de Viena.

Madrugamos una vez más, teniendo solo por delante 45 km, la etapa puede ser corta y podemos estar relativamente temprano en Viena. Salimos de Tulln por la orilla derecha contemplando una vez más como los austriacos cuidan y trabajan sus casas y jardines, hasta llegar a una nueva exclusa. Según nuestras guías, el recorrido más común es continuar por la orilla derecha, pero no hacemos caso y cruzamos buscando la orilla izquierda.

Desde que hemos salido y por primera vez en seis días de pedaleo el viento nos entra “de culo”, lo cual nos permite llevar la bici en la marcha 6 e incluso en la 7 en algunos tramos. Tener el viendo “de cola” implica andar a unos 25-30 km/h, lo cual nos permite entrar en la ciudad de Viena a las 10:30 de la mañana. Hemos recorrido los 45 km de esta etapa en escasamente tres horas.

Nos sorprendió gratamente la entrada en la ciudad de Viena, pues no se realiza por un tradicional polígono industrial, sino por una isla de vegetación enorme que funciona como un gran parque urbano de unos 8 km.

Buscamos nuestro alojamiento. Una modesta pensión con desayuno incluido relativamente bien ubicada para poder acceder a los medios de transportes: tranvía y bus que son los que hemos utilizado.

Viena es espectacular y demasiado grande para abordarla en dos días y medio. Aprovechamos el tiempo todo lo que podemos y empezamos con un FREE TOUR que nos permite como en otras ocasiones ubicarnos y recibir las recomendaciones justas para poder transitar y disfrutar de la ciudad.



Parque del jurásico en el camino a la ciudad de Viena. 


El Gran Danubio y la ciudad de Viena. 



Pedaleando, aunque no lo parezca en el corazón de Viena. 

10, 11 y 12 de Agosto: La ciudad de Viena.

¿Qué vimos y de que disfrutamos en Viena?

-El Museo Belverdere, que dispone de unos enormes jardines y de una buena exposición de arte con pintores destacados como Klim, Van Gof, etc.

-Tour por la Opera de Viena para descubrir la trastienda de un teatro, su coste económico anual y como para los vieneses supone un medio de distinción en la cultura europea.

-La Catedral de Stephansplatz supone una visita obligada para contemplar su enorme tejado de azulejos a “dos aguas”.  Es también uno de los puntos neurálgicos de la ciudad.

-El conjunto de edificios que supone la Biblioteca Nacional y los diferentes museos como el de Historia Natural son también alguna de las visitas que realizamos. Sobre el Museo de Historia Natural comentaros que me resulto espectacular por la cantidad de temática tratada y las enormes colecciones de animales que tiene.

-Los sábados existe cerca de Naschmarkt un mercado de antigüedades que bien merecen una visita. Nosotros lo descubrimos a raíz del free tour y fue todo un acierto.

-El Museo de Albertina disponía de obras de Piccaso y Monet. Su visita es obligada si pasas por la ciudad. La audioguía es buena y puedes contemplar desde arte contemporáneo, hasta el impresionismo de Monet, pasando por varios Piccaso y Miró.

-En la Iglesia Rectoral de San Pedro, los frescos del techo y todo lo engalanado del conjunto y aunque no se sea católico, merecen la pena su contemplación.

-Un color y una distinción diferente lo supone visitar el edificio del arquitecto Hundertwasser. Ciertamente no encaja en la ciudad imperial de Viena, un diseño de formas coloridas, cerámicas,  de formas serpenteantes y brillantes…tal vez por eso llame la atención del turista y se convierta en un punto de visita obligado en la ciudad.

- Los Jardines de Schloss Schönbrunn son una enorme extensión de vegetación al estilo vienes: la grandiosidad de la ciudad por los “cuatro costados”. Todo es enorme: los jarnides, los edificios, las fuentes, los árboles...En esta zona se encuentra el Zoo de la ciudad que no visitamos, pero es una opción disponible. Destaco aquí la anécdota de los 500 ml de cerveza Radler que tomé al módico precio de 5,20 euros.

Por último sobre Viena comentaré algunas cuestiones que pudieran ayudar en vuestra visita a la ciudad:

-Existe algo así como el Pasaporte de Viena que se adquiere en la oficina de Turismo. Tras adquirirlo (pagarlo) no deberás pagar en los sitios que se requiera entrada: museos, jardines, etc.

-Viena es caro, aunque la comida rápida está por todos lados y es una opción. Los supermercado Birra disponen de comida caliente para llevar y comida preparada a modo de buffet. Es una buena opción, incluso alguno de ellos disponen de mesas y sillas para comer.

-Hay fuentes de agua potable por muchos sitios. Es un agua de calidad, no tienes necesidad de comprar agua embotellada.

-Te “asaltaran” en el centro muchos “Mozarts” para ver opera y actuaciones musicales.

-La ciudad es grande, muy grande y para recorrerla andando estate bien preparado. Utiliza el transporte público que es rápido, cómodo y eficaz.

-No dejes, por supuesto, recorrer la ciudad durante la noche, la iluminación de la Viena Imperial es bastante curiosa en más de un edificio.


Jardines del Palacio donde se encuentra el Museo Belverdere.


Palacio donde se encuentra el Museo Belverdere


Pintura del Siglo XVIII sobre los buitres que se encontraban en la colección zoológica del Palacio Belverdere


Viena espectacular, en cuanto a lo imperial se refiere. 



Mercado de color en Naschmarkt


Venus de Willendorf, en el Museo de Ciencias Naturales de Viena. 



Una de las colecciones de coleópteros del Museo de Ciencias de Viena. 


Espectacular naturalización de este tilacino. 


Jardines y edificios señoriales nos acompañaran en casi todos los rincones de Viena. 



Interior de la opera de Viena. Uno de los tours más curiosos e interesantes que se pueden realizar en la ciudad de Viena. 


 Edificio del arquitecto Hundertwasser. 



Los Jardines de Schloss Schönbrunn.


Firma de Monet en uno de sus cuadros en el Museo Albertina. 


                                 Firma de Picaso en uno de sus cuadros en el Museo Albertina. 

Reflexión final de este viaje:

Unir las ciudades de Munich y Viena, bicicleta y naturaleza ha sido uno de los descubrimientos más agradables que he tenido en los últimos años. Es un viaje más que recomendable. No hay excusas para poder realizarlo tengas la forma física que tengas: dispones del “boom” de las bicis eléctricas que han venido a quedarse.

No hagas 400 km si quieres, pero puedes realizar etapas, tomar un crucero por el Danubio y disfrutar de la llanura que tienen Alemanía y Austria en esta zona.

En definitiva y bajo mi punto de vista, un viaje para ir en familia, disfrutar de la bici y de todo lo que rodea y os he contado en esta crónica.

A pesar de estar en ciudades caras (para lo que acostumbramos en España), el coste del viaje, incluyendo: vuelo, parking en Madrid, gasoil de Córdoba  a Madrid, alojamientos (9 noches), comidas, alquiler de bicis, entrada de museos ha ascendido a 1150 euros/persona.  Precio que no me parece nada desorbitado y muy aceptable para la cantidad de experiencias acumuladas.


Saludos, Ivan.

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