lunes, 1 de agosto de 2022

DE BURDEOS A TOULOSE EN VELO.

Un nuevo viaje en bicicleta programado para el 2022, en concreto del 7 al 17 de julio. Hace algunos años que ya conocíamos la existencia del Canal de los dos Mares. Un canal que los franceses construyeron para unir comercialmente el Atlántico con el Mediterráneo y evitar así comercializar recorriendo toda la costa luxo-española y atravesar el Estrecho de Gibraltar. La jugada le salió bien y construyeron toda una infraestructura espectacular con 53 exclusas, que ralentizaban mucho el camino pero que permitían el objetivo inicial del canal. Actualmente he de decir que hemos quedado gratamente sorprendidos por como se ha integrado este canal en la oferta turística de Francia, convirtiéndose en un enorme recorrido ciclista, fácil, bien señalizado y sobre todo seguro al estar alejado y ausente del tráfico rodado de vehículos. Esta ruta se incluye dentro de los recorridos franceses del Eurovelo y puedo decir que, si te gusta la bici y te gusta viajar con ella, este recorrido no te lo puedes perder. Nuestro viaje se programó para realizarlo en unos 10 días, incluyendo subir a Toulouse en furgoneta, visitando esta ciudad y Burdeos, más cinco días de pedaleo.  En total hemos recorrido 300 km en bici.

Esta crónica cicloviajera, la voy a dividir, como ya he realizado en otras ocasiones, en describir las dos ciudades principales, Toulouse, Burdeos, el recorrido ciclista intermedio, otros datos de interés y un apartado especial de “faunabike”. 

Toulouse:

Es una de las principales ciudades del sur de Francia, con una gran industria aeronáutica en sus exteriores. El centro está rodeado de canales y por el río Garona que concentra toda la vida de la ciudad casi prácticamente a su alrededor. Por las tardes, la puesta de sol desde el puente Saint-Pierre es parada obligatoria, como lo es pasear junto al río tranquilamente. A esta ciudad se le conocer como la “Ciudad Rosa” por el colorido de sus fachadas con ladrillo rojo y colores anaranjados. El centro guarda sorpresas y edificios muy emblemáticos como El Capitole y su enorme plaza que todas las mañanas alberga un mercadillo de libros y puestos de ropa. Dos mercados de abastos con bares y pequeños restaurantes con productos franceses revitalizan las compras, por ello no dejes de visitar el Marché Víctor Hugo y el Marché Noir. La catedral de la ciudad es la basílica de San Serni y merece una visita dado el recorrido libre que puedes realizar en ella, bajando incluso a las criptas. Justo al lado de la basílica existe el Museo Saint Raymond y que si vienes a Toulouse no te puedes perder. Te diré que es uno de los mejores museos dedicado al origen y pasado romano que he visto: participación, juegos para niños y paneles en francés y español. Otro edificio a visitar y que no podemos perdernos es el Convento de los Jacovinos. También visitamos y pasamos la tarde en el Jardín Japonés de la ciudad. 

Si hablamos de compras el centro de Toulouse es un gran centro comercial donde encontrar de todo en cuestión de moda, restauración, etc. Y lo siento, pero no te voy a recomendar un lugar para tomar vinos franceses, cruasanes o dulces macarons, pero no deberías perderte las pizzas de la pizzería Marcelo, repetimos por tres veces…


El Puente Saint Pierre, un lugar mágico a la caída de la tarde y al anochecer. 


Curiosa instalación en un callejón de Toulouse...



Plaza de El Capitole con mercadillo diario de libros, ropa y cosas varias. 


Plaza en la que se encuentra la oficina de turismo de Toulouse. 


Puesto que la bicicleta es un elemento muy importante en el transporte público de los franceses, los autobuses vienen equipados con estos portabicis traseros. 


Catedral de Toulouse. 



Museo Arqueológico de Toulouse, un lugar increible para conocer el origen de la "Ciudad Rosa". 




Jardín Japonés, un lugar para el descanso y refugiarte del sol durante el día. 


Las pizzas napolitanas del restaurante-bar Marcelo, impresionantes. En este caso y por raro que parezca pizza de limón. No cuadra, pero te aseguro que no tiene nada que ver con lo que tu cerebro está pensando...




Atardecer y anochecer en el paseo junto al río Garona. 



Típica casa del casco antiguo de Toulouse y que veríamos en más de un municipio de los que hemos visitado. 

Burdeos:

Es la otra ciudad que hemos visitado en nuestro viaje. En este sentido es bastante grande y al menos tendríamos que dedicarle tres días para poder ver todo lo que tendrías que ver. Nosotros solo estuvimos día y medio y quedamos encantados.

El puente Pont de Pierre sobre el Garona es uno de los más impresionantes de los que cruza el marrón río Garona y actualmente solo circulan bicicletas y el tranvía. Desde este puente entrarás al centro histórico por la Puerta de Borgoña. A lo largo del río Garona hay una especie de “paseo marítimo” que por las tardes se llena de paseantes y deportistas buscando el frescor del río.

La plaza de los Quinconces es una de las más grandes de Europa, con su estatua central dedicada a los revolucionarios Girondinis (para saber más sobre quiénes son los Girondinis: https://www.bordeaux-citytours.com/es/que_faire_a_bordeaux/la-plaza-de-los-quinconces-y-el-monumento-a-los-girondinos/)  

EL museo de Bellas Artes permite ver y contemplar obras de varios pintores de interés como Rubens. Pero en esta ocasión y durante nuestra estancia pudimos disfrutar de una exposición monográfica sobre la pintora Rosa Bonheur. Es casualidad que durante una visita al Museo del Prado en 2020 conocimos la obra de esta pintora por un retrato magnífico de la cabeza de un león. Nos quedamos con “la copla” sobre la obra de Bonheur y en esta ocasión pudimos adentrarnos un poco más en sus cuadros e intenciones. Es muy curioso ver la relación de Bonheur con el oeste americano pintando incluso al propio Bufalo Bill.  (Si quieres saber más de esta pintora: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/rosa-bonheur-gran-pintora-animales_16495)

Burdeos dispone además de la calle comercial más larga de Francia, la Rue Sainte Catherine. En ellas los visitantes y los propios ciudadanos se agolpan en idas y venidas, saliendo y entrando de las tiendas, restaurantes, etc. Si la recorres entera irás desde el monumento de la Plaza de los Quinconces a la puerta de Aquitania, muy espectacular y muy recomendable visitarla.  

En cuanto a cosas curiosas y únicas Burdeos también dispone de la “piscina” con menos profundidad del mundo, con escasos 2 cm, conocida como: Miroir d'eau. Durante nuestra estancia los niños/as disfrutaban de lo lindo de esta enorme superficie de agua, pero escasa profundidad. Cuando hay pocas personas en el agua, se pueden obtener buenas fotos del reflejo que se obtiene del Palacio Real.

La plaza que existe alrededor de la Basílica de San Miguel es un buen lugar para el “people watching” pues hay gran cantidad de cafés que permiten el descanso y el disfrute del bullicio de la ciudad.



Muy curiosa la imagen del Garona amarronado a su paso por Burdeos y el puente Pont de Pierre. 



Edificio de la Opera de Burdeos.



Monumento y fuente dedicada a los Girondinis. 


La calle comercial más larga de Francia, la Rue Sainte Catherine.


“Piscina” con menos profundidad del mundo, con escasos 2 cm, conocida como: Miroir d'eau. 


Huertos urbanos en la ciudad de Burdeos. 


Basílica de San Miguel. 



Un 2caballos muy curioso: en la baca del vehículo hay una ¡parra!

El recorrido en Velo:

Esta parte de nuestro viaje era el que más ansiábamos y antes de describir el recorrido paradas etc., me gustaría comentaros como organizamos algunos aspectos de logística, transportar nuestra ropa y equipo, alojamientos…

Sobre las bicis:

En esta ocasión y no como hicimos en el recorrido por el Danubio (http://ivanparrillohidalgo.blogspot.com/2018/10/munich-el-danubio-mathausen-y-viena.html), decidimos subirnos en la furgoneta con nuestras propias bicis. A las bicis les hicimos unas adaptaciones para mejorar en comodidad:

-Ruedas: Colocamos ruedas con taqueado tipo “gravel” para poder rodar mejor y con algo menos de esfuerzo. Estar ruedas aparentemente lisas nos permiten circular fuera de asfalto por pistas de tierra y gravilla sin problemas. También nos permiten rodar por asfalto de manera mucho más fácil.

-Portaequipajes: En este viaje y puesto que necesitábamos portaequipajes trasero, compramos uno para cada bici, teniendo en cuenta que la mía dispone de cuadro de carbono y por lo tanto no dispone de los típicos anclajes atornillados para este tipo de accesorios. El porta equipaje de tipo universal que adquirimos, se ancla a la tija del sillín y a los tirantes traseros de la bici con cierres rápidos, lo que en un primer momento parece engorroso, después de un primer anclaje es sencillo.

-Puños: Para esta ocasión colocamos unos puños ergonómicos con “cuernos” para poder cambiar la posición de las manos de manera cómoda. El coste es relativamente bajo y son fáciles de colocar y volver a quitar.

- “Alforjas-mochilas”: En esta ocasión nos decidimos por llevar cada uno, una mochila “táctica” de 30 litros. Estas mochilas, aunque tiene el inconveniente de ser algo pesadas, disponen de gran cantidad de bolsillos y enganches. En nuestro caso y aunque habíamos comprado “pulpos” elásticos para sujetar las mochilas, nos dimos cuenta de que estas mochilas disponen de cuatro puntos de anclaje laterales que, al meterlos en el portaequipajes, sujetaba la mochila de manera eficaz y segura. Tan solo utilizamos un “pulpo” más, para sujetar las zapatillas en el exterior de la mochila.

¿Qué llevamos en la mochila?

Pues lo imprescindible para 8 días de viaje:

               -Una muda interior (calzoncillos y calcetines)

               -Dos equipaciones ciclistas.

               -Un pantalón corto y una camiseta.

               -Sudadera térmica e impermeable para frío o agua.

               -Bolsa de aseo a la mínima expresión.

               -Zapatillas abiertas para el “postpedaleo” (si hace frio, calcetines y listo).

               -Herramientas varias para posibles averías (cámaras, parches, llaves, etc.).

               -Zapatillas de ciclismo.


Mi bicicleta con las ruedas "gravel", portaequipajes universal, mochila + zapatillas "en lo alto", bolsa delantera (para móvil, cartera, crema solar...) y puños con acoples. 

Traslado de Toulouse a Burdeos para el inicio de nuestra ruta ciclista:

Nuestra furgoneta se quedó bien aparcada, gratuitamente y a la sombra en la ciudad de Toulouse, desde donde nos trasladamos a Burdeos en un tren que conecta ambas ciudades en menos de 3 horas. El tren es cómodo y dispone de vagón para bicicletas, por lo que asegúrate que sacas tu billete con esta opción. En nuestro caso tuvimos mala suerte y pasamos bastante calor dentro del tren, pues el aire acondicionado no funcionaba. Es la mejor de las opciones para realizar este traslado y desplazarnos al inicio de nuestra ruta.

Etapas en bici:

Diseñamos nuestro camino en cinco etapas de pedaleo. Para no tener agobios y tras nuestra experiencia en este tipo de viajes, realizamos etapas que iban desde los 45 km a los 70 km. El recorrido es completamente plano, aunque hay alguna zona de “toboganes” bastante curiosa y bonita a la vez.

No debes preocuparte en absoluto por el alojamiento siempre que tengas claro donde vas a terminar cada día. Nosotros reservamos utilizando la plataforma "airbnb" (https://www.airbnb.es/?c=.pi0.pk17492834079_136505830926&ghost=true&gclid=Cj0KCQjw852XBhC6ARIsAJsFPN3Z3Vrspk-u93SGXIPpvXb7VCPZHUfCREM5z-vypTyAkXPwZm7gNawaArVNEALw_wcB) al tener claro cada final de etapa. Cada uno de los alojamientos ha rondado entre los 55 y 60 euros/noche para dos personas y bicis incluidas.

Cada una de nuestras etapas ha rondado las 4 horas de pedaleo, pues, aunque no hay grandes subidas (ninguna…) y el Canal de Garona es prácticamente llano, si dejas de pedalear…la bici se para…con lo cual el pedaleo es prácticamente constante. La idea era pedalear por la mañana desde bien temprano, para después descansar un poco y recorrer la zona en la que nos alojábamos.

El Canal, está enfocado por y para las bicis y los senderistas y dispone de servicios auxiliares como cafés, bares, restaurantes…así como alojamientos de todo tipo. Deciros que, aunque no fue nuestra opción, si que vimos gran cantidad de ciclistas que pernoctaban en tienda o saco de dormir junto al canal en las numerosas zonas aledañas disponibles. Esta última opción baja los costes de este tipo de viaje, pero a cambio, hay que cargar con tienda, saco y esterilla.

PRIMERA ETAPA: 50 KM- BURDEOS-SAINT BRUCE-SAUVETERRE

El recorrido parte desde el puente sobre el Garona Pont de Pierre, desde aquí y en dirección este un carril bici, nos adentra en paralelo al río Garona en una salida de Burdeos poco atractiva, pues vamos junto a un polígono industrial, eso sí, el ciclista puede sentirse muy seguro, pues el carril bici está bien separado de la calzada de vehículos. Tras los primeros seis kilómetros deberemos tomar la Vía Verde Roger Lapebie que nos conduce sin perdida a Sauveterre. Este recorrido es muy cómodo con subidas y bajadas, pero sin exigencia ninguna. Se encuentra bien señalizado y el camino se encuentra a la sombra y con mucha agua de lagos y arroyos. Solo al final los últimos 10 km la vía verde se abre y entre viñas las sombras llegan a desaparecer, aunque de vez en cuando un bosquete de arboleda natural refresca el ambiente. Esta primera etapa nos deja un buen sabor de boca, estamos acostumbrados a rodar en vías verdes y esta nos ha parecido formidable, muy bien acondicionada y pensando siempre el en usuario.


Estado general del piso de la Vía Verde Roger Lapebie.


Indicaciones y señalización de un carril bici en las cercanías de Burdeos. 



Las dos bicis en una parada para el café en una vieja estación de tren rehabilitada como restaurante. 


Perfil de los 45 km de la Via Verde Roger Lapebie


Primeros viñedos franceses por los que transcurre esta primera etapa. 


Nuestro primer alojamiento en este camino. 

SEGUNDA ETAPA: 55 KM- SAINT BRUCE-SAUVETERRE-LE MÁS D, AGENAIS.

En esta segunda etapa vamos buscando la ciudad La-Réole, lugar en el que comienza el Canal del Garona. Los primeros 20 km vamos circulando entre viñas y campos de cultivos, compartiendo camino con vehículos turismo y agrícolas. Es un continuo sube-baja muy divertido y nos alegramos que sea en esta primera parte de la etapa, pues la ausencia de arboleda en el recorrido puede jugarnos una mala pasada en las horas centrales del día.

En La-Réole, cruzamos el Garona y ya comenzamos nuestro recorrido por el canal. Nos parece increíble la cantidad de arboleda que existe y como mantiene fresco el recorrido, parece mentira que fuera de la senda existan los 36º previstos.

Vamos ya disfrutando de las esclusas y detectamos que a medida que nos acercamos a Toulouse estas se encuentran numeradas de manera decreciente. Todas las esclusas disponen de una bonita casa destinadas al “esclusero/a” encargado de activarla hace ya algunos años, hoy en día las esclusas están automatizadas y este oficio se ha perdido. En su defecto, las casas de las esclusas se han transformado en viviendas o en cómodos cafés o bares.

Nuestro final de etapa es en Le Más D, Agenais, es un pueblo pequeño, parece destartalado e incluso abandonado, pero se trata de uno de las villas más antiguas de todo nuestro recorrido. El secreto mejor guardado de este municipio es el cuadro de Rembrandt escondido en la Iglesia de Saint-Vincent. Si pasas por aquí no deberías perdértelo. También es muy pintoresco la estructura de la plaza central, realizada con las vigas de un viejo castillo y que en su momento esta plaza albergó los famosos mercados de trigo de la zona.


Decoración de un contraluz en una ventana de la villa de Le Más D, Agenais


Firma del Rembrandt que encontramos en la iglesia de Saint-Vincent. 


Antiguo mercado del trigo de Le Más D, Agenais. 


Lavadero público en Le Más D, Agenais. 


El Rembrandt de la iglesia de Saint-Vincent. 



Al igual que los Caminos de Santiago, el canal del Garona está bien señalizado y las posibilidades de perderte son mínimas. 


Puerto en uno de los ensanches del canal. 




Cruzando este puente, comienzan las sombras del canal del Garona. 





TERCERA ETAPA: 53 KM- LE MÁS D, AGENAIS-AGEN.

Seguimos por nuestro canal y el recorrido nos permite contemplar algunas de las embarcaciones que surcan el agua. Hay toda una infraestructura náutica montada alrededor del canal. Pequeños puertos, escuelas de vela, escuelas de piragüismo, etc.

Nosotros en esta ocasión desayunamos algo en la esclusa número 51, en ella nos atienden realmente bien y nos animan a seguir en nuestro camino. 

Esta etapa nos deparó la sorpresa pintoresca del municipio Demazan, parada obligatoria para andorrear entres sus callejuelas. 

En Agen, disfrutamos del centro histórico de la ciudad, ya que las fachadas de sus casas son muy pintorescas con ventanales y vigas de madera hacia el exterior. Recorremos sin dirección sus calles y visitamos su iglesia principal, parada peregrina hacia Santiago de Compostela.





Parada para el café de la mañana en una de las casas de esclusa del canal. Lugar para el descanso y casi no arrancar...




La villa de Demazan merece una visita, sus casas, su plaza principal y sus callejuelas son muy pintorescas. 


Imagen general del río Garona, siempre en paralelo al canal y recorrido que íbamos realizando. 





Las últimas imágenes corresponden con la villa de Agen, donde pasear por su casco histórico es todo un placer. También es recomendable parar a tomar algo en alguno de los bares y restaurantes de este municipio. 

CUARTA ETAPA: 45 KM- AGEN-MOISSAC.

Seguimos recorriendo el canal de Garona y el enlace ciclista desde nuestro alojamiento al canal lo realizamos de manera rápida y sin complicaciones. A primera hora del día el canal es utilizado por los vecinos que viven cerca del mismo, posteriormente con el avance del día, nos vamos cruzando con otros usuarios más ataviados con alforjas, mochilas, etc.

Este recorrido nos lleva a la cercana central nuclear de Golfech, que nos sorprende con sus enormes estructuras hormigonadas. 

El canal cambia de vez en cuando de orilla y eso hace que nos expongamos más o menos al sol, que aun así es muy llevadero.

Visitamos el centro de Valence para tomar un café y unos cruasanes, después de ver un lavadero circular antiguo y la plaza central del pueblo.

Esta etapa la realizamos de manera rápida y sin muchas complicaciones, pero es cierto que fue uno de los días que más calor pasamos. Nuestro alojamiento junto a la Abadia de Moissac nos permitía acceder directamente al centro del casco histórico. Por la tarde un paseo por las orillas del Garona y disfrutamos de una exposición de arte al aire libre de un artista local apasionado por los caballos.  



Algunas de las embarcaciones que disfrutan del canal de Garona, disponen de todo lo necesario para vivir, incluyendo leña, bicis y pareja de gallo y gallina...





Basilica de Valence. 




Descanso al final de etapa en Moissac. 


Interior de la Abadía de Moissac. 

QUINTA ETAPA: 68 KM- MOISSAC-TOULOUSE

Al salir de Moissac y sabiendo que teníamos la etapa más larga, nos lo tomamos con paciencia. Para empezar, disfrutamos del puente-canal de Du Cacor, el más largo de todo el canal y después disfrutaríamos del puerto y de las embarcaciones de Castelsarrasin. Las plataneras nos siguen acompañando y el bullicio del trafico rodado en la entrada de Toulouse se nota. En número de esclusas va cayendo, 14, 13, 12…hasta llegar a la 1, donde vamos viendo el final de casi los 300 kms que traemos en lo alto.

La entrada en Toulouse no es nada grandiosa, como quien no quiere la cosa, de buenas a primeras llegas a la ciudad, abandonando el Canal del Garona para ver el puente de Pons Jumeaux de donde parte el Canal de Midi y el pequeño Canal de Brienne hacia el río Garona. Te animamos para que la entrada a Tooluse no sea tan descafeinada que cojas el canal de Brienne y hagas el final del recorrido hacia el Puente de Sanit-Pierre.



La última de las esclusas antes de Toulouse. 



Curiosa bici-triciclo empujado por las fuerzas de las piernas de su usuario. 



Faunabike:

Como aficionados a la conservación y observación de la naturaleza, no puedo dejar a un lado algo que desde que viajo llevo dentro: visitar y realizar la observación de fauna de todo lo que se nos cruce en nuestro camino. En este recorrido y dado el traslado que hemos realizado en bici y por controlar el peso nos hemos ataviado únicamente con prismáticos pequeños (10x30) y la cámara de fotografía ha sido únicamente la de nuestros móviles. Una cuestión, cuanto menos curiosa es que en las visitas a museos de arte o colecciones de pintura en general, me está resultando muy interesante la observación, contemplación e identificación de las especies animales que plasman los diferentes artistas. Estos momentos de observación me animan no solo a la identificación, sino también a la ver la estación o fecha aproximada en la que se realizó la obra. Como anécdota, puedo comentaros que visitando en Sevilla una exposición de Murillo, en uno de sus cuadros, donde el protagonista finalizaba una jornada de caza, este portaba un avefría. Cuando el interpreté que nos acompañaba terminó su explicación, le indiqué que podía incluir en la descripción que ese cuadro fue pintado en época invernal, quedó perplejo al explicarle el carácter migratorio invernal de la especie pintada. ¿Te atreves a identificar las aves que salen en las pinturas de este viaje? 

Como en otros viajes las aves son las que siempre nos han atraído y a la que hemos prestado más atención, aunque en esta ocasión hemos tenido la suerte de ver otros grupos faunísticos de interés.

En cuanto a las aves, la lista de aves observadas y escuchadas ha sido bastante curiosa, con especies como pico menor, busardo ratonero, abejero europeo, milano real y negro azor, gavilán, cernícalo común, paseriformes varios como carboneros, mosquiteros, colirrojos, herrerillos, oropéndolas, gaviotas, garza imperial y real, pinzón común, vencejos, golondrina y avión común, mirlos, gallineta común, faisanes... En líneas generales hemos visto especies relativamente comunes, pues no hemos escudriñado lugares en concreto a la búsqueda de especies menos comunes, pero hemos disfrutado mucho de ellas, pues es un complemento perfecto para nuestro recorrido en bici.

En cuanto a mamíferos hemos podido ver conejo, liebre, corzo, topillo y coipu. Mientras que en reptiles hemos visto salamandra y salamanquesa, así como alguna que otra culebra de escalera y sapo común.

Destacar también que en cuanto a insectos hemos podido ver un individuo de cerambyx, gran cantidad de lepidópteros en las zonas marginales del Canal de Garona y cultivos. También y como observación hemos detectado que el mosquito tigre está bien representado en Francia, pues lo hemos sufrido en nuestras propias carnes, siendo además muy poco frecuente otras especies más habituales. 



A lo largo de este viaje hemos visto gran cantidad de agua embalsada y donde hemos podido disfrutar de algunas acuáticas, como fochas, ánade real, ánade friso...


En las ciudades el estornino pinto es muy común. 

Cópula de palomas torcaces, sobre la catenaria del tren. 


Cada uno adorna su salpicadero como quiere...


Salamandra común en medio de la Vía Verde de Roger Lapebie, a la cual sacamos del trazado para evitar que fuera atropellada. 


Mochuelo europeo en medio de una zona ajardinada cazando insectos y siendo ostigado por varios mirlos. 

Lavandera blanca, con "premio" para uno de sus pollos que se encontraba bastante cerca. 


El curioso y gracioso coipu, que se dejó ver en algunos puntos de nuestro recorrido.  


Milano negro descansando sobre una de las orillas del Garona. 





Tal y como narré anteriormente, trata de identificar las aves y fauna que se ven en estas cuatro imágenes. Todas son pinturas del Museo de Bellas Artes de Burdeos. 

Otros datos de interés de este viaje:

Comer en Francia:

El tema alimentación en Francia, pues que os podemos contar…que es más caro que en España, al menos lo referido con comer en restaurantes y bares. En los supermercados, mercados o tiendas el precio podría equipararse a los españoles. En los restaurantes, no franquiciados, el plato rondará por encima de los 11 euros, mientras que donde los franceses hacen caja es en los vinos. Puesto que no bebemos, no sabemos en cuanto podría encarecerse sentarse en una mesa de restaurantes, pero si que vimos alguna de las cartas por curiosidad y hemos de decirte que no es barato beber alcohol en Francia (tampoco debería serlo en España…). Nosotros cuando viajamos hacemos lo siguiente:

                  -Desayuno potente a base de fruta y frutos secos crudos.

               -A media mañana: café o té y puesto que estábamos en Francia, probamos en alguna ocasión cruasán.

               -Al medio día, volvíamos a los frutos secos y fruta o plato de pasta si era posible, cocinando en el alojamiento.

               -Cena adelantada entre las 19:30-20:30 en algún restaurante de la zona.  

Esta distribución permite un coste medio de unos 45 euros/diarios entre los dos.  Una última recomendación pasa por ir a comprar comida a los mercados locales, al menos en los de las grandes ciudades hay disponible comida preparada de calidad y sorprendente, que después puedes consumir en un parque, un banco o donde te plazca y a precios mucho más asequibles que comer todos los días en restaurantes. Se que los españoles somos de sentarnos en la mesa y tal, pero esta opción evita tiempos de espera innecesarios, sobremesas largas, etc., y sobre todo aligera los costes de tu viaje sin perder calidad del mismo…cuestión de gustos.

Combustible en el viaje:

Como ya he comentado, en nuestro caso subimos en nuestra furgoneta desde Córdoba a Toulouse. El recorrido de 11 horas para allá y otras 11 para acá, se ha “bebido” unos 240 euros de combustible. Nuestra velocidad media es de 110 km/h, la cual consideramos muy apropiada y optima para viajar en furgoneta, ajustando costes y trayectos. Como siempre que subimos al norte, hacemos parada intermedia para dormir y tirar al día siguiente. La parada intermedia la realizamos pernoctando en nuestra furgo, la tenemos preparada para ello.

Hemos de decirte que en Francia el combustible es más caro que en España y no está subvencionado, con lo cual puedes ir haciendo cuentas. En la experiencia de este viaje, hemos detectado que las gasolineras de la zona por la que atravesamos el Pirineo: Ainsa-Bielsa, son más económicas que las del sur, con lo cual te recomendamos que calcules como llegar hasta estas zonas y repostes antes de cruzar la frontera. Nosotros repostamos en Bielsa, cruzamos Pirineos, fuimos a Toulouse y regresamos a Bielsa para llenar depósito y bajar hacia Córdoba, evitando así repostar en Francia.  

Coste total del viaje:

El coste total del viaje ha sido de 700 euros por persona, para un viaje con 10 noches (8 alojamientos y dos días durmiendo en la furgoneta) y 11 días en total (dos de viaje, cinco de pedaleo y cuatro días para ver Burdeos y Toulouse). Se incluye todo: desplazamientos, mantenimiento y puesta a punto de las bicis (unos 140 euros, si no incluyo estos gastos casi por 600 euros nos hubiera salido el viaje), comidas, entradas en museos, la fruta, los frutos secos, cafés, cruasán, las pizzas de Marcelo, desplazamiento en tren, las risas, las penas y las ganas de no terminar y volver a Francia otra vez a pedalear.

Para finalizar: 

Un viaje al que le teníamos muchas ganas y con el que nos hemos enganchado aun más con esto de pedalear y viajar fuera de España. Sin duda Francia está preparada para este tipo de viajes y os animo a que lo probéis. La logística, las infraestructuras y la cercanía del pais galo bien merecen la pena y no es nada complicado de organizar y realizar. Nosotros lo hemos disfrutado y tenemos por seguro que volveremos a pedalear en Francia si nada nos lo impide, claro...la ruta de los Castillos del Loira puede ser un gran aliciente.

Saludos, Ivan. 

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